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Los nuevos radares de tramo ya multan

El coto al exceso de velocidad se acelera: los nuevos radares de tramo empiezan a multar desde el 1 de febrero con un sistema inédito: miden la velocidad media de paso por una serie de puntos repartidos en un trayecto. Los dos primeros radares son ya una realidad en el túnel de Guadarrama de Madrid, en la A-6, y en el de Torrox de Málaga, en la A-7. El instalado en el túnel de Barrios de León, en la AP-66, sigue en pruebas por el momento.

Los nuevos radares de tramo ideados por la DGT y que llevan en pruebas en tres trayectos de la red viaria desde diciembre han comenzado a multar el pasado 1 de febrero. Los radares de tramo están situados en sendos túneles que, por lo comprometido de su seguridad y la dificultad de rescate en caso de accidente, dan justificación a la DGT para su ubicación, tal y como argumenta la propia administración dirigida por Pere Navarro. Estos tramos controlados por radares son el túnel de la A-6 a la altura de Guadarrama, en Madrid y el túnel de la A-7 de Torrox, en Málaga. Ya multan, se acabaron los ensayos y los avisos por carta, como hasta ahora.

 

En el caso del túnel II de Guadarrama, el tramo controlado está acotado en los 3,5 kilómetros que van de la boca de entrada del punto kilométrico 53,500 sentido La Coruña y hasta el 57. En el caso del túnel de Torrox, el tramo con radar de tramo va del punto kilométrico 287,750 al 288,750, sentido Barcelona; es decir, un kilómetro en total: el que va desde el entrada a la salida del túnel. En ambos casos, la velocidad media máxima permitida es de 100 km/h.

 

Todavía una gran cantidad de conductores se preguntan qué diferencia a estos puntos de control de velocidad de los actuales. El modo de funcionamiento de estos nuevos radares de tramo consta de dos cámaras de visión artificial infrarrojas situadas en cada uno de los carriles e instaladas una al comienzo y otra al final del tramo a vigilar. Un ordenador comprueba el tiempo que cada vehículo tarda en cruzar el túnel y calcula la velocidad media. Si esta es superior a 100 km/h, empiezan los problemas.

 

La fotografía del vehículo infractor se envía inmediatamente por fibra óptica al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de León, en donde se tramita la sanción. En unos días, llega la ‘receta’ a casa: la multa es de 100 a 600 euros, con una pérdida de 2 a 6 puntos. Se trata de un sistema de multas que va a expandirse. El próximo radar de tramo podría empezar a funcionar en breve en la AP-66, en el túnel de Barrios de León, donde ya está instalado pero continúa funcionando en pruebas.

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