El Ferrari Dino de Keith Richards sale a subasta

Los encargados de la puja, la casa Coys de subastas de coches del Reino Unido, se frotan las manos solo de pensar que el Ferrari Dino de Keith Richards sale a subasta. Encima, el mítico guitarrista de los Rolling Stones apenas ha hecho uso de este Ferrari Dino 246GT de 1972, que en su marcador señala poco más de 40.000 km. Aunque la leyenda del rock and roll lo compró en California ese mismo año, en 1975, se lo llevó a su casa del lujoso barrio de Chelsea en Londres, de ahí que este Dino lleve placa una placa de matrícula británica.

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Según figura en la documentación –que incluye una carta del manager de los Rolling Stones, Alan Dunn, confirmando que perteneció a Keith Richards- el Ferrari Dino, se vendió en 1986 con el mismo kilometraje que marca ahora a un afamado coleccionista japonés. Desde entonces, parece que ha pasado casi tres décadas en una sala de exposición, porque no ha sido objeto de restauración alguna y luce casi como recién salido de Maranello.

Además de la subasta del Ferrari Dino de Keith Richards, en la próxima puja de Coys habrá un Cisitalia Abarth 204 A Spyder que en su día perteneció a Tazio Nuvolari. Se sabe que, en 1950, el legendario piloto italiano participó con él en la Targa Florio y en la Subida al Monte Pellegrino. En la primera tuvo que abandonar por un problema en la transmisión y en la segunda carrera logró quedar primero en la categoría de 1.100 cc. Fue la última prueba en la que participó Nuvolari antes de retirarse.

Así, este Cisitalia Abarth 204 A Spyder de Tazio Nuvolari ya de por sí parece una pieza digna de cualquier coleccionista, pero es que aún hay más –como decía la hormiga atómica para los que tenemos más de 35 años-, ya que se trata de uno de los primeros Abarth de la historia, como atestigua el certificado de origen que se conserva en un museo italiano, donde seguramente debería terminar esta unidad. ¿Su precio estimado? Entre 1.400.000 y 1.800.000 euros. Hábilmente, Coys no ha hecho una valoración previa del Ferrari Dino de Keith Richards por si viene algún multimillonario coleccionista de coches y mitómano del rock en busca de Satisfaction.