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¿Por qué los coches tenían los faros amarillos en Francia?

faros amarillos de los coches en Francia

Durante más de 60 años, los coches tuvieron los faros amarillos en Francia, un rasgo distintivo de los vehículos en el país vecino. Lejos de una mera cuestión estética, las luces amarillas mejoraban la seguridad en condiciones climatológicas adversas.

Quienes ya peinen algunas canas (y no tanto) recordarán cuando, de vez en cuando, un coche con matrícula francesa se cruzaba por su camino con aquellos característicos faros amarillos. Aquello llamaba mucho la atención, al no ser normal en España. Pero, ¿por qué los coches tenían los faros amarillos en Francia?

Durante los años 80 y 90, fueron habituales las luces antiniebla amarillas en muchos coches, no sólo en Francia sino en más países, incluido España. Y esto nos va dando ya una pista del porqué. 

En primer lugar, oficialmente esas luces se denominaban amarillo selectivo, a diferencia de los intermitentes, que son amarillo auto (aunque su color, realmente, es naranja). 

Luces amarillas en coches

En Francia, los faros amarillos se generalizaron a partir de una ley de 1936 y permanecieron vigentes hasta 1999. Había una leyenda, según la cual el cambio a los faros amarillo se justificó para diferenciar los coches matriculados en el país galo de los alemanes. 

Recordemos que en la década de los años 30 se produce el ascenso de Hitler al poder y Alemania empieza a expandirse por Europa, hasta provocar la Segunda Guerra Mundial en 1939. 

¿Por qué los coches tenían los faros amarillos en Francia?

faros amarillos de los coches en Francia

Sin embargo, el uso de los faros amarillos en Francia no tenía nada que ver con el contexto bélico de la época, ya que esa explicación no tiene una base muy sólida: al fin y al cabo, si un alemán quería engañar a los franceses, bastaba con cambiar las lámparas del coche. En Alemania también se vendían lámparas amarillas. 

Realmente, el uso de los faros amarillos tiene que ver con la seguridad. Antes que nada, hay que decir que estas lámparas emitían una luz blanca, pero incorporaban un filtro que las volvía amarillas. Ese filtro hace que la luz proyectada adquiera el característico color amarillo selectivo.

El problema que surge con esto es que, siempre que se ponga un filtro a una fuente lumínica, estamos reduciendo la cantidad de luz que puede proyectar. Es decir, un faro con un filtro proyecta menos cantidad de lúmenes, la medida de la cantidad de luz visible de una lámpara o fuente de luz. 

Cuanto más alto es el número de lúmenes de una bombilla, más brillante es esa luz. Por tanto, si colocamos un filtro en la bombilla, absorbemos partes de esa luz. Esto no sólo vale con los faros amarillos, sino con cualquier filtro que pongamos (por ejemplo, para hacer que una luz parezca de xenón).

faros amarillos de los coches en Francia

Pero es, precisamente, esta capacidad de absorción de los filtros lo que justifica el uso de los faros amarillos. Las luces con el filtro amarillo tienen una mayor longitud de onda y, por ello, sufren menos absorción en el medio por el que se propaga, tal y como explica el periodista Rubén Fidalgo en su blog. 

Las luces amarillas se propagan mucho mejor en el medio y tienen mucha menos absorción en condiciones meteorológicas adversas, como lluvia, niebla o nieve. Esto hace que los faros amarillos alumbren mejor que los blancos en esas condiciones, porque la luz amarilla se propaga mejor en el medio y pierde menos cantidad de lúmenes que la blanca.

Además, conduciendo con lluvia, nieve o niebla, las luces amarillas iluminan las líneas de la carretera con una tonalidad amarilla que provoca un mayor contraste y hace que se vean mejor bajo esas condiciones. En cambio, bajo condiciones favorables, alumbran menos que las luces blancas.

Menos deslumbramiento

faros amarillos de los coches en Francia

Pero hay más razones por las que los franceses utilizaron faros amarillos durante más de 60 años. Por un lado, provocaban menos deslumbramiento que las blancas, tanto en un coche que se aproxima de frente como por detrás en el retrovisor. 

Por otro, alumbraban mejor las señales de tráfico, en una época en la que éstas no tenían reflectantes tan potentes como ahora. No sólo eso sino que, además, minimizaba el efecto de autodeslumbramiento , cuando se reflejaba la luz en las señales y volvía al conductor. 

Hay que recordar también que las luces amarillas se incluían también en los pilotos traseros para la luz de marcha atrás, lo cual tiene sentido. Si tenemos luces blancas y la luz de marcha atrás es blanca, cuando eran amarillo selectivo, aquella lo era también. 

Por último, hay otro detalle que tenían los faros de algunos coches franceses, como el Citroën DS o el SM, y eran unas líneas en el cristal que cubrían los grupos ópticos. Estas líneas servían para difractar la luz en vertical.

faros amarillos de los coches en Francia

La difracción de la luz es un fenómeno que se genera cuando las ondas de luz atraviesan una rendija u orificio estrecho o cuando la curvatura de la luz pasa alrededor del borde de un objeto. Esto hacía que se generasen haces luz hacia arriba y alumbrasen mejor los paneles de los pórticos de las carreteras.

Los faros amarillos se utilizaron en los coches en Francia hasta 1999. Ese año, la Unión Europea aprobó una normativa común para todos los estados miembros. Desde entonces, todos los coches en el país vecino tienen las luces blancas como en el resto de los países. 

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