5 consejos clave para evitar averías en el coche por el frío

El frío es inclemente y un coche (sobre todo si “duerme” en la calle) puede sufrir mucho por su culpa. Por eso, te traemos 5 consejos clave para evitar averías en el coche por el frío, que te ahorrarán más de un dolor de cabeza y también para que tu economía no se vea afectada.

El primero es proteger al automóvil mientras no se va a utilizar. Lo ideal sería aparcarlo en interiores, pero, si no es una posibilidad, conviene buscar lugares en los que el vehículo vaya a estar más protegido del viento y los elementos para garantizar, dentro de lo que cabe, una mejor temperatura.

Ahora va un grupo de tres relacionados con la hora de arrancar el coche, uno de los momentos más críticos para su funcionamiento durante las épocas más frías del año.

No tengas prisa y deja que todo el sistema caliente. Pon el marcha el motor y dale unos segundos en parado para que suba la temperatura del aceite del cárter y que, así, se distribuya por el resto de elementos del motor y así estén bien lubricados.

También en este punto, resulta conveniente pisar el embrague un par de veces antes de ponerse en marcha, porque ayudará a que la valvulina (aceite de la caja de cambios que ayuda al correcto funcionamiento de todos los elementos del sistema) coja temperatura antes y fluya mejor por todas las partes de la transmisión.

Además, el frío afecta también a la batería, a la que no conviene forzar. Si al girar la llave no arranca a la primera, pasados unos cinco segundos hay que dejar de hacer contacto. Dale al coche otros tantos segundos para que la batería se recupere y pueda volver a entregar toda la energía, y vuelve a intentarlo. 

El quinto consejo clave para evitar averías en el coche por el frío tiene que ver con los primeros kilómetros de circulación. Debes tener en cuenta que, aunque ya esté en marcha, el coche sigue estando frío (mira la aguja del cuadro de instrumentos, que no miente), por lo que debes tratarlo con cuidado.

Durante esa etapa inicial conduce de manera suave, sin forzar el motor ni revolucionarlo más de la cuenta, deja que vaya calentando hasta que esté en el punto óptimo, en el que ya podrás “apretar” sin problema. 

Eso sí, recuerda que si hace tanto frío tampoco es muy inteligente forzar ya que el asfalto ofrecerá menos agarre, es posible que haya placas de hielo, etc., por lo que deberías conducir con la máxima precaución posible.