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McLaren MP4 12C: AUTOBILD.ES se sube a la joya de Ron Dennis

El McLaren MP4 no es solo una máquina capaz de hacer ruido. Es todo un señor GT, tan suave como elegante. Por eso nos recibe el mismísimo Ron Dennis para enseñarnos a la criatura creada por Frank Stephenson. Y la vamos a conducir.

Nada más llegar, Ron Dennis nos cuenta la historia de McLaren en la Fórmula 1 en un pispás y concluye afirmando que le alegraría enormemente si habláramos del MP4-12C como el “coche más manejable del mundo”. ¿Delirios de grandeza?

Nada de eso... Este deportivo, con su diseño atemporal y sus prometedoras cifras, es un auténtico genio: no sube nunca el tono, mantiene las revoluciones bajo control y ama la perfección por encima de los efectos especiales. De la nueva fábrica de Woking al circuito de Portimao (Lisboa) sin hacer escala en ningún sitio: los tres MP4 están listos para someterlos a las pruebas más duras. El equipo ya nos está esperando: Antony Sheriff, jefe de McLaren Automotive, Chris Goodwin, jefe de pruebas, y Dick Glover, jefe de desarrollo. Los ingleses, que son famosos por ser unos frikis del control absoluto, abren la mano conmigo y me dejan hacer lo que me dé la gana con el coche: meterlo por carreteras llenas de baches, pisar a fondo el acelerador por autopista o poner al rojo vivo los frenos.

Lo primero que quiero saber es si la dinámica de conducción está lista. Manos a la obra. Pongo el chasis en modo normal y el conjunto motor/transmisión en modo deportivo. El primer paseo me revela ya que la cosa va a ser más suave de lo que esperaba: los gruesos neumáticos de Pirelli ruedan como la seda y los amortiguadores tienden una alfombra sobre asfalto, haciendo desaparecer los obstáculos como por arte de magia. Poco a poco la velocidad y la confianza van aumentando de manera directamente proporcional. Pulso el botón pertinente para que el ESP me suelte la correa y me pongo a correr... mientras la zaga tiende a moverse hacia los lados. Eso sí, a pesar del mayor nerviosismo, prefiero esta configuración porque siento el chasis con mayor firmeza y precisión. La dirección, con 2,5 vueltas, sigue siendo igual de 
directa que antes del cambio.

Una vez en autopista pongo rumbo al mar y, por primera vez, acelero hasta alcanzar 8.500 vueltas. Con 600 CV y 600 Nm, el V8 biturbo de 3.8 litros me sorprende con un empuje bestial. El biplaza de 1.434 kg es capaz de cubrir un kilómetro saliendo de parado en ¡20,8 segundos! En cuanto llego al circuito, con Chris Goodwin de instructor, me aprendo de memoria el trazado y comienzo a jugar con el gas, la dirección y el cambio.

Los Ferrari son escandalosos; los Lamborghini son gamberros; los Porsche, minimalistas. El MP4, en cambio, es un deportivo para el día a día: un GT con genes de superdeportivo que no se las da de nada. Si quieres ver en movimiento sus primeros test, pincha aquí.

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