El espectacular golpe de efecto en el mundo del automóvil del
Nissan Qashqai es tan sorprendente que incluso, a
día de hoy, resulta difícil de comprender. Desde que en enero de
2007 apareció en el mercado, sus cifras de ventas
han sido verdaderamente espectaculares y, por
supuesto, merecedoras de un profundo estudio por parte de la
competencia.
Después de asistir a varias ruedas de prensa de Nissan, recibir
multitud de mails de lectores e intercambiar impresiones con amigos
interesados por este SUV compacto, la razón de su
éxito no es otra que la estética. A
diferencia de lo que piensan muchos, el espacio interior no
es una de sus virtudes, puesto que los
monovolúmenes compactos ofrecen más y una mejor modularidad de los
asientos. Tampoco influye la tracción integral, ya que más
del 90 por ciento de los Qashqai son 4x2.
Además del diseño ‘offroad’, el otro ‘as’ que
guarda el Nissan es una altura libre al
suelo superior a la de un coche normal. Esto se traduce en
una postura de conducción elevada, lo que
favorece, por un lado, la visión de la
carretera y, por otro, un acceso más fácil al
habitáculo, lo que supone una gran ventaja a la hora de
acomodar a los niños pequeños en sus sillitas.
Lógicamente, y como ocurre con todo en la vida, la
competencia no ha tardado en reaccionar y ha ‘copiado’ la
idea. Tras el SUV japonés han ido apareciendo nuevas
propuestas, muchas de ellas más interesantes aún, como el
Audi Q5, el BMW X1, el
Dacia Duster, el Ford Kuga, el
Hyundai ix35, el Mitsubishi ASX,
el Skoda Yeti, etc.
¿Qué opinas de este nuevo segmento? ¿Estás de
acuerdo en que el principal motivo de su éxito radica en la
estética?
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o AUTO BILD.