Cinco trucos para ahorrar combustible con un coche híbrido

Reducir el consumo de carburante y las emisiones contaminantes son los principales argumentos de quienes apuestan por la hibridación a la hora de cambiar de coche. En ambos casos es una buena elección ya que los que combinan un motor de combustión con una parte eléctrica siempre gastan menos. Ahora bien, el ahorro puede ser mayor si se aplican estos cinco trucos para ahorrar combustible con un coche híbrido. 

Qué es un coche híbrido

Antes de nada y por si no está del todo claro vamos a explicar qué es un coche híbrido. Entran en este segmento todos los vehículos que recurren a una doble tecnología en su mecánica. Lo habitual es que combinen el uso de un motor de combustión (gasolina en mayor porcentaje) con otro eléctrico de menor tamaño que se recarga mientras el vehículo está circulando.

Los coches híbridos convencionales emplean una pequeña batería que almacena la electricidad necesaria para el funcionamiento en modo cero emisiones que no se enchufa para la recarga sino que lo hace a través de la energía cinética que se produce en frenadas y deceleraciones. 

La capacidad de la batería es inferior a la de los híbridos enchufables (PHEV) por lo que también es menor el número de kilómetros (autonomía) que pueden recorrer en modo eléctrico.

Los coches híbridos convencionales reciben la etiqueta ECO dentro de la clasificación medioambiental de la DGT.

Cinco consejos para ahorrar combustible con un híbrido

Aunque el bajo consumo de carburante es una de las grandes ventajas de los coches híbridos, poner cuidado en la conducción y aplicar una serie de recomendaciones ayuda a que el ahorro sea todavía mayor.

A continuación enumeramos cinco trucos que ayudan a reducir el consumo de un híbrido:

La conducción cuanto más suave, mejor

La máxima de cualquier decálogo de conducción económica y eficiente es tratar con mimo el pedal del acelerador. La velocidad es el máximo enemigo del consumo, pero no se trata solo de ir despacio sino de evitar revolucionar el motor con acelerones.

Esta máxima se aplica a todos los vehículos pero en el caso de los híbridos es especialmente relevante porque, en ciudad, circulando a velocidad moderada y constante es cuando se sca el máximo rendimiento a la parte eléctrica.

Saca partido a los modos de conducción

Por lo general, los coches híbridos permiten al conductor elegir entre varios modos de conducción que se adaptan a cada situación. Normalmente son tres: ECO, Sport y Eléctrico. 

El modo Sport es el que exige más esfuerzo a la parte térmica con lo que el consumo de gasolina es mayor; el modo ECO es el que optimiza varios parámetros (climatización, prestaciones...) para que el consumo sea más contenido.

La energía cinética, tu gran amiga

Igual que mimas el pedal debes tratar de ser suave con el pedal del freno. Los coches híbridos aprovechan tanto la energía cinética que se genera durante las deceleraciones como en las frenadas. Dicho de otro modo, cuanto más te anticipes a la situación más podrás gestionar la tecnologías de regeneración de energía y así aumentar la autonomía en modo eléctrico.

Un ejemplo práctico: si ves que a unos metros el semáforo está en ámbar, levanta el pie del acelerador para que el coche pierda velocidad en lugar de esperar a estar más cerca para pisar el freno.

En carretera mantén una velocidad constante

Entre las ventajas de los híbridos destaca que consumen y ensucian menos pero tienen una autonomía superior a la de los coches eléctricos con lo que pueden afrontar viajes largos en carretera sin problema.

Esto no significa que una vez fuera de la ciudad haya que olvidar las recomendaciones. Lo ideal para gastar lo justo es tratar de mantener una velocidad estable el mayor tiempo posible y, para esto, autovías y autopistas son el entorno perfecto. Para no tener que ir pendiente del velocímetro puedes activar el limitador de velocidad o control de crucero.