Las baterías ‘blade’ de BYD que podrían cambiar las reglas del juego

BYD es uno de los fabricantes chinos de coches de más renombre, pero por lo que destaca especialmente es por su producción de baterías: es el segundo fabricante de baterías a nivel mundial y, además, estás no presentan el diseño habitual, si no uno específico que les otorga bastantes ventajas. Así son las baterías ‘blade’ de BYD.

Se presentaron originalmente en marzo de 2020 y la marca lo hizo bajo el lema de que eran las baterías más seguras que existían para los coches eléctricos. Teniendo en cuenta el tipo de pruebas a las que se les somete y que superan, resulta difícil negar la afirmación.

Tienen una estructura distinta a lo habitual, ya que utiliza celdas más delgadas y largas que las celdas prismáticas, lo que da lugar a una forma más aplanada y menos voluminosa de lo normal.

Esto, como es lógico, trae consigo ventajas a la hora de ocupar un menor espacio, pero la cosa no se queda ahí. Las celdas generan menos calor que las convencionales y, además, por su forma, también disipan la temperatura de una manera más sencilla. 

También destaca los resistentes que son, ya que, para confirmar su nivel de seguridad, el fabricante las ha sometido a “maltratos” de todo tipo y bastante agresivos: les ha pasado por encima un camión de 46 toneladas, las han doblado, calentado a 300 grados, sobrecargadas hasta más del 200% de su capacidad…

Una resistencia probada

El resultado siempre ha sido el mismo: ni han explotado ni se han incendiado. De hecho, las baterías ‘blade’ de BYD han superado con creces hasta uno de los test más duros que se realizan a las pilas: la penetración con clavos.

Huelga decir que se trata de un test muy dañino, que suele hacer que las baterías sufran daños graves y que, a consecuencia de estos, eleven su temperatura hasta más de 400 grados, provocando incendios. Sin embargo, las de BYD mantuvieron su temperatura entre 30 y 60 grados y no fueron pasto de las llamas.

Es por eso que son las baterías más seguras del mercado, lo que hace que compense el hecho de que su composición, que utiliza la química LFP, tenga una densidad energética menor a otras disponibles actualmente en el mercado.