Logo Autobild.es

Amaxofobia: supera el miedo a conducir

Héctor del Prado

La amaxofobia o miedo a conducir es un problema más frecuente de lo que parece, porque quien la sufre suele dejar de ponerse al volante antes de enfrentarse a ella directamente, pero si te lo propones, puedes superarla.

Si estás leyendo estas líneas, es altamente probable que no pertenezcas al grupo de personas que sufren ansiedad cuando tienen que usar un coche. Los expertos denominan amaxofobia a este miedo a conducir. Es una patología perteneciente al grupo de fobias visuales y, entiendo que a quien la sufre no solo le costará disfrutar de una revista de motor, sino que conducir les produce cualquier cosa menos placer.

Sin embargo, como es mi caso, seguro que tienes amigos o familiares con amaxofobia porque se trata de una afección mucho más habitual de lo que puede parecer. Según el estudio más exhaustivo sobre este fenómeno en España, que llevó a cabo el Instituto Mapfre de Seguridad Vial en 2005, el miedo a conducir puede estar presente en alguna ocasión hasta en el 33% de los conductores. De hecho, este porcentaje puede ser mucho mayor porque una de las causas más frecuentes de la amaxofobia es el estrés postraumático que queda después de haber vivido o presenciado un accidente de tráfico. La gran mayoría termina superando este problema por sí mismo, pero hay a quienes les termina afectando a su capacidad para conducir. De hecho, muchas de las webs de EEUU especializadas en esta dolencia, marcan precisamente la línea para el autodiagnóstico en la afectación a la calidad de vida de los pacientes. Y es que la amaxofobia es una epidemia silenciosa, ya que quien la padece tiende a evitar o esquivar los eventos que le resultan más estresantes, como circular por determinado tipo de vías, en los momentos en los que hay más tráfico o todo lo contrario, ya que a algunas personas lo que les infunde pavor es sentirse obligados a ir a una velocidad para la que no se sienten preparados, ni seguros.

De hecho, el 15% de los hombres y el 16% de las mujeres con amaxofobia optan por dejar de conducir definitivamente para pasar a utilizar el transporte público. Los expertos dividen esta dolencia entre miedo simple y miedo paralizante, que por supuesto es mucho más grave e incapacitante por naturaleza. Este último representa aproximadamente el 19% de los casos y es prácticamente imposible superarlo sin ayuda profesional.

Cómo y dónde pedir ayuda si sufres amaxofobia

Aunque hay profesores de autoescuela que ya han recibido cursillos para detectar si uno de sus alumnos sufre amaxofobia, el sistema de aprendizaje y examinación de los aspirantes de la DGT no prevé una vía alternativa, ni hace ninguna discriminación -positiva o negativa- hacia estas personas. La mejor salida que pueden encontrar, especialmente si tienen la necesidad de conducir, es armarse del valor suficiente para conseguir el carné y, después, buscar ayuda profesional. No es lo mismo, pero...este piloto de Nascar pasa miedo de copiloto Uno de los lugares donde encontrarla en Madrid es la autoescuela Merinero, uno de los centros de Autoescuelas de Garantía especializados en tratar a conductores que padecen amaxofobia. Allí, pude asistir a una clase real con tres alumnas: Inés, Natalia y Almudena, que demostraron ser bastante valientes al prestar su cara y contar sus experiencias. Un paso harto complicado de hacer cuando se trata de una dolencia que con frecuencia es vista por sus pacientes -y parte de la sociedad- como un estigma. Sus casos, además, se corresponden con cada una tres de las tipologías básicas de personas con miedo a conducir. Inés se sacó su carné y condujo sin impedimentos durante cuatro años hasta que sufrió un accidente yendo al volante. Iba acompañada y aunque nadie resultó herido de consideración, desde entonces no se siente capaz de coger el coche de nuevo. Por su parte, Natalia consiguió el permiso de conducir el pasado verano. Le costó mucho y todavía no se ha lanzado a conducir ella sola. “Durante las clases en la autoescuela, me sentía más segura porque tenía a mi lado al profesor, que podía regular lo que yo hiciera”, afirma.

Amaxofobia: enfrentar los miedos

Almudena se sacó el carné hace bastantes años y fue conduciendo cada vez menos a causa de un miedo creciente que la llevó a dejar el coche aparcado indefinidamente. Ahora, tiene un nuevo trabajo, abuela, y quiere superar su amaxofobia para poder llevar a sus nietos. “La motivación para volver a ponerse al volante es fundamental para superar la amaxofobia”, admite Ignacio Calvo, psicólogo especializado en tratar esta fobia. Durante una corta clase teórica, su charla busca que los alumnos aprendan a identificar el origen de miedos. Más adelante, en las prácticas empezarán a enfrentarse a ellos gradualmente de menor a mayor. “Cada paciente es distinto, pero sí hay una máxima que siempre se cumple: cuanto más tiempo dejan de conducir, más trabajo les va a costar volver”, afirma Ignacio. En el área límbica del cerebro o en la amígdala se guarda el recuerdo de lo que resulta peligroso y su activación produce una respuesta del organismo que se prepara para superar ese riesgo. Percibimos esa respuesta no solo como miedo, hay un completo cuadro de síntomas que pueden sobrevenir dependiendo de que se produzca una hipoactivación o una hiperactivación en esta región cerebral: sudoración excesiva, temblores, hiperventilación, etc.

Amaxofobia, una profecía autocumplida

El individuo enlaza determinadas cadenas de pensamientos que son previas al suceso y que relaciona con ideas de rechazo asociadas, a su vez, al movimiento. Este proceso es por completo subconsciente; por eso puede llegar a ser tan difícil de detectar para quien lo padece, como para el propio terapeuta. Cuando un conductor sufre miedo a conducir en un escenario determinado, al igual que sucede en pacientes con otros tipos de fobias, suele anticiparse mentalmente a ese evento –por ejemplo, en el caso de Inés, cuando se acerca a una rotonda- y llegar a bloquearse o a sufrir un episodio de pánico. Esto es lo que en psicología se denomina “profecía autocumplida” y lleva a muchos pacientes de amaxofobia a sentirse capaces de conducir solo cuando la vía tiene un arcén suficiente como para detener ahí el vehículo en caso necesario.

¿Cuánto se tarda en superar la amaxofobia? Depende de muchos factores, aunque en los casos agudos el número medio de clases puede estar en 40. Por suerte, el coste no es superior al de las clases para obtener el permiso (30 euros por hora y media). Una vez dejado atrás el problema, al menos en sus formas más virulentas, los expertos recomiendan no lanzarse a la autopista uno solo desde el primer día. Como al arrancar de conductor novel, siempre es preferible ir de menos a más y por encima de todo, al principio, ir acompañado. “Pero con un buen copiloto, que no te ponga las cosas todavía más difíciles”, recuerda el profesor.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.