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Test de remolque Audi A4 Allroad

Los que llevan remolque prefieren coches automáticos porque el embrague no patina al arrancar. El S-Tronic en el Audi A4 Allroad no tiene esta ventaja, pero aún así tira con fuerza.

Nadie lo sabe realmente: ¿es por el cambio climático o más bien por la crisis económica? En cualquier caso, hoy en día, lo que esta de moda es la reducción. Ahora lo que se lleva es comprárselo todo una talla más pequeña, aunque no sea de ropa, sí al menos cuando se trata de coches. La única condición para ello es que el coche más pequeño sea igual de deseable que los grandes, que cueste casi lo mismo, que tenga el mismo equipamiento, la misma potencia y el mismo prestigio que los grandes. Audi se ha dado cuenta de ello y el año pasado, además del conocido familiar A6 allroad, sacó al mercado el A4 allroad.

Este crossover llena el vacío entre el A4 Avant quattro normal y el Q5, y eso a pesar de que el observador común ni se había dado cuenta de que existía este nicho. Pero parece obvio que estaba ahí, porque el nuevo se vende bastante bien.

Y del mismo modo, tal y como sucede en el caso de los SUV de verdad con el Q5 quitándole compradores al Q7, el éxito del nuevo SUV crossover más compacto va a expensas del A6 allroad más grande.

Y para que, a pesar de la reducción, no haya que prescindir de nada, el pequeño Audi A4 Allroad (sólo mide 4,70 m de longitud) también lo fabrican con un motor de seis cilindros diésel 3.0 TDI con 240 CV. Para la prueba de conducción con remolque hubiera preferido el 2.0 TDI más pequeño, entre otras cosas porque es el que mejor se vende. Pero el diésel pequeño sólo se vende con cambio manual, no con la caja de cambios S-Tronic de doble embrague.

Y esto es precisamente lo interesante, sobre todo con remolque: a diferencia de los coches con transmisión automática, a las que están emparejados el V6 TDI en el Q7, A6 allroad, Volkswagen Touareg y Porsche Cayenne, el S-Tronic no dispone de un convertidor de par motor que no se desgaste y no tenga fricción para un arranque cuidadoso. Básicamente, al arrancar el S-Tronic equilibra la diferencia entre el motor en funcionamiento y las ruedas en parado como cuando el cambio es manual con embrague. La única ventaja del embrague controlado electrónicamente respecto al del embrague dosificado por el pie del conductor es que no es tan sencillo manejarlo mal y romperlo. En realidad, y como ocurre con cualquier otra transmisión automática, tan sólo hay que dar el gas necesario para que todo el conjunto se ponga en movimiento.

El pisar el pedal no conlleva solamente un arranque poco problemático, sino también uno muy enérgico. Incluso sin el refuerzo del convertidor de par, el diésel tira con fuerza; y el sistema de control electrónico hace que el embrague siempre se acople con suavidad y a una velocidad razonable. Sólo los que durante el arranque juegan con el acelerador en lugar de pisarlo continuamente, pueden llegar a engañar a la electrónica y provocar tirones.

El Audi A4 Allroad se pone en marcha igual de rápido y ágil que lo hace el A4 normal, ambos de forma mucho más inmediata que el A6 allroad. Esto no se debe sólo al inferior peso en vacío, sino también a la de menores pérdidas del S-Tronic: eso al menos lo constata la comparación con el Cayenne diésel y el Q7 3.0 TDI. Así, las prestaciones de remolcador del A4 allroad pueden desafiar incluso al asombrosamente rápido Cayenne y casi llega a los registros del BMW X5 con 286 CV.

El rendimiento total ha mejorado bastante debido a la eliminación de los convertidores y también paga menos impuestos gracias a la disminución de las emisiones de CO2 por debajo de los 200 g/km. Esto también conduce a un ahorro real de combustible. Con exactamente 14,43 l/100 km, el Audi con remolque no sólo consume menos que sus hermanos de grupo propulsados por el mismo motor, sino también que todos los seis cilindros con remolque que han sido sometidos a este test. Y ningún otro candidato de pruebas ha alcanzado tal proporción favorable de consumo con tanto rendimiento.

Pero lo que finalmente permite que el Audi sea el atleta de los remolcadores de dos toneladas de peso es la dinámica de conducción. A pesar de una suspensión lo suficientemente cómoda (aunque de ninguna manera tambaleante), el A4 allroad lleva al remolque de un modo preciso y no se pone nervioso por los balanceos provocados, calmándose él mismo sin la intervención de la estabilización ESP del remolque. De momento, ningún otro coche ha circulado de una manera tan segura con un peso propio tan bajo.

El comportamiento de conducción tan armonioso y seguro sin duda también es debido a la tracción integral con diferencial central en lugar de un barato embrague de discos múltiples. Desde el principio distribuye la fuerza de tracción de una forma muy razonable a los dos ejes, y no sólo cuando uno de ellos parece empezar a patinar. Así, no sólo está bien preparado para las superficies heladas en invierno, sino también para las húmedas praderas y zonas deslizantes.

El remolque siempre se puede manejar con seguridad; si es necesario interviene el ESP siempre objetivo y nada exagerado y sin ponerle demasiado freno al motor. No se pudo observar una caída de rendimiento o un mal funcionamiento de la unidad de propulsión (como por ejemplo los dos acoplamientos de fricción de la transmisión) ni después de una carga pesada, ni con los continuos arranques muy por encima del 12 por ciento de inclinación. Sin embargo, al tercer intento, el embrague de arranque automático empezó a tropezarse un poco, lo cual, sin embargo, fue desapareciendo poco a poco y no volvió a ocurrir a la siguiente vez.

Así, el pequeño Audi no sólo resultó ser un tractor rápido, sino también uno muy equilibrado. Los detalles importantes para los remolcadores en el día a día están resueltos de un modo práctico: la puerta trasera se puede abrir fácilmente incluso con remolque y en los grandes espejos exteriores se puede montar sin problemas uno adicional sin sacrificar el modo de regulación. De los muchos extras que encarecieron el coche hasta alcanzar los 65.000 euros muchos tienen sentido para el uso con remolque, otros menos. Así, el Drive Select System de 365 euros que cambia el ajuste del chasis en el A4 allroad, y también endurece la dirección (por 1.220 euros más), es más bien superfluo. No obstante, la cámara de aparcamiento trasero sí que puede resultar muy útil al llevar remolque, para vigilarlo en maniobras marcha atrás.

El enganche de remolque desmontable pone el acento en el diseño y menos en la funcionalidad, por lo que se inserta desde abajo en la toma que hay detrás del parachoques trasero y es totalmente invisible cuando está desmontado. El inconveniente de este sistema tan habitual es que al eliminar la barra de la bola, se debe utilizar necesariamente la cubierta protectora, porque cuando entra tierra en la fijación, el bloqueo no encaja correctamente y el embrague no se puede utilizar. Males menores para uno de los mejorcitos remolcadores que han pasado por nuestras manos.


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