Lada 4X4

El Lada 4x4 es el todoterreno por excelencia de la marca rusa. Este automóvil, caracterizado por su predisposición, su sencillez y su funcionalidad, se ha convertido en un sorprendente referente para su segmento.

Como su propio nombre indica, este coche ofrece un sistema de tracción integral con un precio muy competitivo, algo de lo que Lada se enorgullece. Es una respuesta firme a los modelos de precio elevado de los fabricantes europeos y norteamericanos.

Llama la atención que actualmente se siga comercializando la primera generación del 4x4, puesta a la venta hace más de cuarenta años bajo el nombre de Lada Niva. El diseño original no ha sufrido cambios, lo que significa que este coche aporta una estética muy conservadora y tradicional.

Entre sus rivales no es fácil encontrar muchos modelos. Dadas las capacidades off-road que plantea el 4x4, lo más razonable sería enfrentarlo con modelos como el Land Rover Defender o el Jeep Wrangler. Sin embargo, aunque estos coches pertenece a esos todoterreno puros, aún tienen evidentes similitudes con el Lada

En cualquier caso, el Lada 4x4 no es un automóvil con un gran volumen de ventas en nuestro país. En otros lugares del mundo se ha convertido en un indispensable, pero en España se tiene que conformar con una parte muy reducida del mercado.

Un diseño clásico sin grandes cambios

El Lada 4x4 se puso a la venta por primera vez en 1977. En aquella época, los automóviles todoterreno todavía no se habían convertido en las máquinas imponentes que se conocen hoy, por lo que su diseño se centraba en la funcionalidad.

De ahí que este coche mantuviese unas dimensiones reducidas y una carrocería muy elevada. Esto hace que aumente su posibilidad de superar obstáculos y de circular por terrenos complicados.

El diseño del exterior acusa tremendamente el paso de más de cuatro décadas, y se aprecia que el Lado 4x4 desentona en el mercado. No puede hacer frente a otros modelos rivales, sin embargo se mantiene firme en esa simplicidad que en ocasiones puede ser tan útil.

En el frontal del 4x4 se puede apreciar un estilo muy de los años 70. Todo el conjunto es rectilíneo, y adopta un diseño rectangular. La parrilla trata de ocupar la mayor cantidad posible de espacio, y en ella se encastran los dos faros redondos que emplean sistemas tradicionales de alumbrado.

Las luces antiniebla y los intermitentes cuentan con una posición poco habitual. Se colocan entre la parrilla y el capó, en un lugar muy elevado y desde donde se ven con facilidad por el resto de conductores.

En el lateral, el Lada 4x4 se reafirma en su diseño rectilíneo, incorporando formas marcadas y angulosas. Tan solo cuenta con tres puertas dado el tamaño compacto de su carrocería.

La parte trasera adopta una caída al estilo de cuando fue concebido, pero que en la actualidad no aporta mucho más que el recuerdo de una época anterior. Las ruedas, con las llantas pintadas y sin tapacubos, son grandes, aunque destaca que monte unos neumáticos bastante estrechos.

En la zaga del Lada 4x4 tampoco se aprecian formas que pudieran considerarse ligeramente modernas. Se compone de un portón con las bisagras vistas, una luneta sencilla y unos pilotos en los extremos con un diseño básico y muy funcional. El parasoles es una barra transversal añadida a la carrocería.

El Lada 4x4 cuenta con una habitáculo de otra época

Uno de los elementos más llamativos en este coche es su diseño exterior, llegado directamente del pasado. Sin embargo, esto no es un intento de darle al coche personalidad. Es lo que marca la tónica presente en el resto del automóvil y lo que le hace tan peculiar.

El habitáculo sigue un estilo exactamente igual. Lejos de aportar algún pequeño detalle del siglo XXI, se mantiene fiel tanto en diseño como en tecnología a lo que este coche montaba en 1977. Por ello, al subirse a bordo, uno tiene la sensación de haber viajado atrás en el tiempo o de estar conduciendo un clásico.

El puesto de conducción, por ejemplo, resulta extremadamente obsoleto. El volante y el cuadro de instrumentos son prácticamente piezas de museo. Todo el completamente analógico, de modo que se echan de menos elementos tan básicos como la dirección asistida.

La consola central en una acumulación de botones de plástico situada en el medio del salpicadero. No hay pantalla táctil ni cualquier otro elemento que haga pensar en algún tipo de tecnología. Tan solo la radio, con un diseño que parece estar fuera de lugar, aporta algo de contemporaneidad al conjunto.

Entre los dos asientos también se colocan la palanca de cambios y dos secundarias que controlan la reductora y el bloqueo del diferencial, ya que no es automático.

En materia de habitabilidad, es cierto que hay un espacio considerable en le habitáculo. Sin embargo, el confort no tiene demasiada cabida en el Lada 4x4, que monta unos asientos incómodos y que es bastante escueto a la hora de añadir recubrimientos.

El equipamiento, por otra parte, se mantiene por debajo de lo mínimo exigible. La calefacción y el aire acondicionado se encargan de la climatización, y no hay mucho más. Ni asistentes ni otro tipo de tecnología tiene cabida en este coche. Es lo que tiene la funcionalidad de los automóviles rusos.

Disponible con un único motor

Actualmente, y desde el año 2010, el Lada 4x4 se comercializa con un único motor. Este propulsor es un bloque de gasolina con 1,7 litros de cilindrada que es capaz de ofrecer unos modestos 81 caballos.

Esta potencia es adecuada para hacer funcionar al 4x4. Sin embargo, no promete un comportamiento dinámico en ningún caso. Además cuenta con otra peculiaridad, y es que su consumo es muy elevado en comparación con los motores modernos.

Para hacer justicia a su nombre, este Lada cuenta con un sistema de tracción integral muy básico pero con muchas posibilidades. La caja de cambios en manual de cinco velocidades e incluye reductora. Por último, bien un diferencial central cuyo bloqueo se puede activar desde un control en el habitáculo.