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Prueba vintage: Alfa Romeo Giulietta SZ y 750 Competizione

Hay días en los que uno agradece dedicarse al mundo de las cuatro ruedas. El pasado 29 de octubre fue uno de esos días para mí. Pude ponerme a los mandos de dos vehículos realmente especiales, dos coches de los que ya no quedan, dos joyas que te trasladan a otra época en la que los coches eran pura pasión. Se trata del Alfa Romeo Giulietta SZ y del Alfa Romeo 750 Competizione. En esta prueba vintage dejo de lado los datos técnicos y me centro en el puro placer de conducir.

Es la hora de ponerme a los mandos de dos coches realmente únicos: el Alfa Romeo Giulietta SZ y el Alfa Romeo 750 Competizione. En este 2014, Alfa Romeo celebra el 60 aniversario de su modelo más carismático, el Giulietta y qué mejor forma de celebrarlo que sacar de su museo histórico las que posiblemente sean las dos versiones más exclusivas que jamas existieron dentro de la gama y ponerlas a mi disposición en un circuito cerrado. "Esto no puede ser tan bonito", pienso yo por dentro antes de acudir a su encuentro. Pero sí, es real como la vida misma y ante mí descansan los dos deportivos con más de 50 años cada uno.

Alfa Romeo Giulieta SZ

Llego a una de las pistas del centro experimental de Balocco, donde el grupo Fiat tiene su bastión de desarrollo de nuevos modelos. Frente a mí espera con una de las carrocerías más bonitas que he visto en mi vida, el Alfa Romeo GIulietta SZ. Las siglas SZ corresponden con Sprint (está basado en la versión coupé llamada GIulietta Sprint) y Zagato, el famoso carrocero milanista creador de algunas de las obras más exclusivas de todos los tiempos.

La historia del lanzamiento del Giulietta SZ es apasionante, como casi todo lo que tiene que ver con el automovilismo italiano de los años 50. En la Mille Miglia de 1956 los hermanos Dore y Carlo Leto di Priolo, compitiendo con un Giulietta Sprint Veloce, sufrieron un grave accidente y el coche quedó prácticamente destruido. Fue entonces cuando recurrieron a su amigo, el carrocero Elio Zagato, para que lo reconstruyese.

En cuatro meses el coche estaba listo con una nueva carrocería de aluminio con la que se ahorraban 135 kg, conservando una linea muy atractiva y mejorando la aerodinámica. Ese mismo año, los hermanos Leto ganaban la Coppa Intereruopa con este vehículo, al que llamaron Giulietta Sprint Veloce Zagato.

A finales de 1959 salía la primera unidad oficial carrozada por Zagato bajo las siglas SZ. Dos versiones fueron producidas, la 'Coda Tonda', con una trasera convencional que recordaba al Giulietta Sprint y el más famoso 'Coda Tronca', con la típica trasera de Zagato, cortada casi en vertical. Mi unidad es esta última.

Como se puede ver en el vídeo, su conducción es muy suave y fina. Los 100 CV de esta versión mueven con soltura el peso del conjunto y resulta muy ágil. Lo mejor es el sonido que entra al habitáculo sin prácticamente ningún rastro de aislamiento acústico... ¡afortunadamente! Dos vueltas al Circuito de Balocco son suficientes para enamorarme de esta preciosa berlinetta. Lamentablemente, su tasación se aproxima ya a los 300.000 euros, por lo que salvo una primitiva, me temo que difícilmente podré volver a ponerme a sus mandos.

Alfa Romeo 750 Competizione

Pero, afortunadamente para mí la fiesta todavía no ha terminado y al bajarme del SZ ya me está esperando un verdadero torpedo del asfalto: el Alfa Romeo 750 Competizione. Si el Zagato es algo realmente especial, esto lo es 100 veces más, al menos si tenemos en cuenta las unidades que fueron fabricadas: dos.

El Alfa Romeo 750 Competizione fue el intento de Alfa Romeo de regresar al mundo de la competición. Para ello, contactaron con Carlo Abarth, que fue el encargado de producir el chasis. Para la carrocería optaron por otro ilustre diseñador: Felice María Boano, creador de alguno de los Ferrari 250 GT más bonitos que existen.

El cóctel es explosivo. El motor aumenta su potencia hasta los 145 CV con un peso realmente contenido. Las sensaciones son únicas y su conducción mucho más delicada. Su zaga tiende a moverse con cada toque de gas y hay que ir con cuidado. El viento golpeando tu frente, junto con el sonido del motor, convierten a estas dos vueltas en una de las experiencias automovilísticas más increíbles que he tenido y que seguramente vaya a tener. Gracias Alfa Romeo por crear coches así. Una pena que los Alfas actuales no tengan esta chispa.

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Hay días en los que uno agradece dedicarse al mundo de las cuatro ruedas. El pasado 29 de octubre fue uno de esos días para mí. Pude ponerme a los mandos de dos

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