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Un paseo por la historia de Audi

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Desde que en 1909 August Horch pusiese los cimientos para construir la mítica marca de automóviles, mucho ha cambiado el mundo de la automoción. A estas modificaciones, Audi ha sabido adaptarse a la perfección, y prueba de ello son los modelos que ha fabricado. Audi Type A, Audi 225, 100 LS, Quattro... Sube con nosotros en esta vuelta por la historia de la firma de los cuatro aros.

Desde que en 1909 August Horch pusiese los cimientos para construir la mítica marca de automóviles, mucho ha cambiado el mundo de la automoción. A estas modificaciones, Audi ha sabido adaptarse a la perfección, y prueba de ello son los modelos que ha fabricado. Audi Type A, Audi 225, 100 LS, Quattro... Sube con nosotros en esta vuelta por la historia de la firma de los cuatro aros.

Cuando a finales de año haga balance de todos los viajes hechos en el año, estoy convencido de que uno vendrá rápidamente a mi cabeza. Recordaré, como si no hubiera pasado tiempo, aquel día de verano, una mañana en la que sentí un cosquilleo al despertar. Esta vez no hacía la maleta para conocer en exclusiva un nuevo superventas, esta vez no iba a probar en circuito un superdeportivo... esta vez el viaje era mucho más especial. Me esperaba un retorno al pasado, me sumergiría en la historia de uno de los grandes fabricantes: Audi.

En 1939, DKW presumía del Favorit Sedán. Ese año cambiaría por completo la historia de la marca

No bastaba con dar un paseo por el enorme Mobile Museum, el recinto de Ingolstadt donde se expone un siglo de vida, donde habitan las grandes leyendas de Audi, desde el Audi Type A de 1910 hasta el mítico Quattro, que marcó un época en el mundo de los rallys. Sin olvidar el famoso Paternoster, la estructura vertical giratoria que alberga a todos los prototipos que han escrito la evolución de diseño de Audi. Será la guinda a un día inolvidable, una jornada que comienza  a las puertas del Museum Mobile, en Ingolstadt.

Audi Front 225 (1933-1938)

Situada a menos de 100 km de Múnich, esta ciudad acoge la sede central de Audi y nos recibe con cuatro joyas a sus puertas. Con vosotros, cuatro pedacitos de la historia que comenzó en 1909, cuando August Horch abandonó por desavenencias el consejo supervisor de Horch & Cia. Poco después fundó Horch Automobil -Werke GmbH, pero un tribunal no le concedió el permiso para ese nombre. La solución fue aportada por el hijo de un amigo, que gritó la palabra Audi (“escuche”, en latín). Todas las grandes aventuras tienen un origen especial.

DKW se empezó a introducir en carreras de motos en 1921. En 1925 se creó un pequeño departamento de competición dirigido por Hermann Weber. En él trabajaron hasta 100 empleados


Llega el crack del ‘29... y nace Auto Union
Poco a poco, la compañía fue creciendo y en 1932, fruto de la gran crisis generada por la Gran Depresión del 29, las empresas Audiwerke, Horchwerke, Wandererwerke y DKW se fusionaron en una sola: Auto Union. ¿Cómo se simbolizó esa fusión? Pues en los cuatro aros entrelazados que se convertirían en el emblema actual de Audi.

Audi 100 (1969-1976)

La situación económica empezó a remontar, casi al mismo ritmo que crecía la ciudad de Berlín. Por ella paseaba la primera de las joyas que ahora están frente a mí: el Audi 225. Era la auténtica envidia de las clases más pudientes berlinesas, cuando se paseaba por las calles con su motor de seis cilindros en línea de 2.3 litros y 50 CV de potencia. Mide 4,5 metros de largo, pero lo más impactante es una distancia entre ejes que se estira hasta 3,1 metros. Imagina el espacio para los pasajeros que ofrece. Las enormes plazas traseras y la posibilidad de circular sin techo le convirtieron en un auténtico objeto de deseo.

Auto Union empieza a crecer, pero cuatro gallos son demasiados para un mismo corral. Por eso, la decisión lógica era asignar a cada marca un papel en el mercado. En ese reparto, Audi fue agraciada con modelos para el segmento medio y se puso a la tarea hasta el año 1964, cuando volvió a pasar dificultades económicas y fue absorbida por el Grupo Volkswagen.

Comenzaba una nueva época en su historia, dibujada por automóviles tan emblemáticos como el Audi 100 4p de 80 CV. Es la segunda joya que me pruebo y tuvo una vida de 8 años, entre 1968 y 1976. Acertó por su diseño y fue pionero en el empleo de materiales ligeros para rebajar el peso, una técnica que hoy en día es moneda común.

Se llama Paternoster y es la parte más espectacular del Museum Mobile. Una estructura vertical y giratoria, donde pasean los últimos prototipos de la marca de Ingolstadt

Una innovación que también fue aplicada en el 100 LS, con carrocería de dos puertas y una llave que... me guardo en el bolsillo. Pronto sabrás la razón. De momento, mantengo la incertidumbre, porque la vista se me ha ido al cuarto tesoro del día. Con vosotros, un coche que seguro está presente en vuestros primeros recuerdos sobre el mundo de la competición: el mítico Audi Quattro. Se presentó en el Salón de Ginebra de 1980 y estaba destinado a escribir un nuevo capítulo en la historia del automóvil por estrenar la tracción Quattro. Un coupé deportivo y con tracción integral, el sistema quattro que hoy es una de las señas de identidad en la marca Audi. La idea fue concebida en 1977, durante un test de invierno en Finlandia. El sistema de tracción elevó al Quattro hasta un nivel de agarre desconocido y, a partir de 1987, redondeó la faena con el diferencial central Torsen. La última versión de este automóvil, lanzada en 1989, se movía con un poderoso motor de 220 CV y culata multiválvula. De su eficacia pueden dar buena fe pilotos como Walter Röhl.

Un siglo de historia dentro del Museum Mobile, que forma parte del Audi Forum de Ingolstad. ¡Cómo ha cambiado el mundo del automóvil en los últimos 100 años!

Una leyenda en la historia de Audi, como el mítico 100 LS Automático cuyas llaves me guardé antes... porque no sólo lo voy a ver por fuera, no sólo examinaré su interior: ¡me lo llevo de paseo! Llega el gran momento. Ya te advertí que ésta no era una simple visita al museo, está vez vamos más allá.

El Audi 100 es uno de los modelos clave en la historia de los cuatro aros. Con él, alcanzaría su independencia... y su futuro

Al volante de un trocito de la historia Audi
Tras unos leves consejos de un técnico alemán, arranco sin problemas el 100 LS e inserto la D en su cambio automático de cuatro relaciones. Dos cosas me llaman la atención: la finura de su volante y la suavidad con que inicia la marcha. No me puedo olvidar de su edad, pues nació en 1968 y roza los 40 años. Eso no será un hándicap, el gran trabajo del equipo de modelos históricos de Audi asegura su conservación.

Audi Quattro (1980-1991)

Siento una mezcla de respeto con ilusión, porque he conducido deportivos de muchos más caballos, pero esto es diferente. Esto es casi único y el miedo a cualquier mínimo roce me atenaza al sumergirme entre el tráfico. El Audi ayuda a superar esa fobia, pues su motor de 1,8 litros y cuatro cilindros respira todavía con fuerza. Acelero con dulzura y los 80 CV me permiten circular por una autovía como uno más. Bueno, debo ser distinto, porque no paran de mirarme y hacerme gestos de aprobación. Claro, ¡estoy en Ingolstadt! Acostumbrado a la dirección dura y a las reacciones bruscas del cambio, ahora disfruto verdaderamente. Circulo a mi ritmo y entiendo a la perfección cómo se debe sentir el propietario de un clásico cuando sale el domingo a pasear con su joya. De ésta se fabricaron 827.474 unidades y eso que se desarrolló sin que VW lo supiera. Sí, se hizo en secreto y supuso tal que éxito que aseguro el futuro de la marca Audi. Así comenzó la parte de su historia más reciente, aquella que te resultará más familiar.

El 100 LS mide 4,63 metros de largo y su carrocería de dos puertas supuso un auténtico éxito de ventas en Alemania.

Más de cien años de vida guardados en el Museum Mobile, en cuya puerta aparco mi LS100. Fue bonito mientras duró, pero no supone el fin del viaje: me queda recorrer las tripas de este templo del automóvil. Además, tengo suerte y en la primer planta se expone una colección con modelos de la primera década del siglo XX. Algunos de ellos viene de otros museos, como el como un Type A de 1910 con motor de 26 CV, que viene de Praga y estará en Ingolstad tres meses.

Sigo el viaje en el tiempo. Alcanzo el año 1921, cuando Audi se convertía en la primera compañía alemana que puso el volante a la izquierda, y me detengo en 1939. Un año capital del siglo pasado, cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial y salió el 920 con motor V6 Wanderer. En plena recuperación del conflicto bélico, llego al año 1950 cuando se traslada la fábrica a Ingolstadt.

El Departamento de Vehículos Históricos de Audi se encarga de mantener en perfecto estado sus joyas. Lo pude comprobar a los mandos del 100. Se presentó a la prensa en noviembre de 1968 y hoy funciona como el primer día. Me sorprendió el buen estado del motor. ¿Lo peor? La dureza de la dirección, sin ninguna duda

El primer DKW allí construido sería el embrión de Audi que, a partir de 1965, comienza una nueva época de esplendor. Cuatro años más tarde se estrenan los motores de cuatro cilindros como los que animan a mi 100 LS y en 1972 se lanza el Audi 80. Sería el primer modelo en alcanzar el millón de unidades. Llegamos a la década de los ochenta, marcados por la tracción quattro, los motores TDI se imponen en los años 90 y en el nuevo siglo triunfan los deportivos que admiro como concepts en el Paternoster.

Se construyeron 214 unidades con motor de 306 CV para homologar al Audi Quattro para la competición. Los motores TDI de Audi cumplen 20 años de historia

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