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Jaguar XF Sportbrake: ¿gasolina o diésel?

Jaguar XF Sportbrake
La histórica duda.

El Jaguar XF Sportbrake combina elegancia, dinamismo y versatilidad en un único formato. La pregunta es, ¿cuál de las versiones del Jaguar es mejor, la diésel o la gasolina?

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Un borboteo profundo, intenso. El diésel suena en el Jaguar de una manera tan contundente que uno tiene que mirar la ficha técnica del coche para cerciorarse. No, no es un seis cilindros. El XF Sportbrake tiene cuatro cilindros y dos litros de cubicaje, es decir, el estándar actual. Su motor diésel suena tan sofisticado y refinado como corresponde al cuero y el equipamiento de su interior. Así es como debe oírse el motor en un modelo de lujo como este. Y un adecuado aislamiento acústico, unido a su estudiada tonalidad, crean este concierto delicioso.

VÍDEO: Con todos ustedes: el Jaguar XF Sportbrake

No, en este duelo de hermanos no cuentan solo los aspectos subjetivos, pero en el XF sí que tienen más peso de lo normal. Sí, el gasolina acelera más rápido y tiene menos vibraciones, pero el diésel sube de vueltas valientemente hasta las 4.500 rpm y cambia de marchas con suavidad.

El gasolina pierde la carrera del consumo, porque gasta 2,5 litros más cada 100 kilómetros. A su favor, se siente más ligero tanto al rodar rápido como al circular por ciudad, lo que no es de extrañar, porque pesa 100 kilos menos. Claro, que hay que tener en cuenta que en este Jaguar solo traccionan las ruedas traseras.

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Eso sí, cuando haces kick down, es decir, cuando das un fuerte golpe al pedal derecho y esperas que el camión de tu derecha desaparezca, el gasolina pierde la contienda. El cambio automático reduce tres marchas de golpe, el motor gira hasta la zona roja y tiene un estruendo inesperadamente metálico. No es terrible, pero pega menos que un sastre en el Amazonas. Y es que el gasolina tiene que aullar y esforzarse al máximo, mientras que el diésel puede entregar sus 500 Nm y solo resoplar brevemente, porque reparte la fuerza de forma más contundente gracias a su tracción integral. Todo esto lleva al diésel a la victoria.

Ganador: diésel

De acuerdo, el diésel tarda en amortizarse, pero le da al XF lo que un coche así pide a gritos: sofisticación. Y la tracción integral aumenta aún más sus cualidades. No hay nada más que mirar las ventas…

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