La increíble historia del Renault IKA Torino

No todos los países del mundo pueden decir con orgullo que tienen una marca de automóviles nacional, pero en ciertos casos si pueden presumir de un coche 100% patrio. En el caso de Argentina, el Renault IKA Torino es ese estandarte, un modelo de los años 70 reverenciado todavía a día de hoy. Esta es su historia.

Para hablar del Torino hay que ir todavía más atrás de su nacimiento, concretamente a la década de los 50. El gobierno del país sudamericano quería impulsar la industria automotriz nacional y para ello, decidió buscar socios extranjeros. Puso su mirada en Estados Unidos, donde contactó con el fabricante Kaiser, con el que llegó a un acuerdo que resultó en la creación, en 1856, de la subsidiaria argentina de la firma, Industrias Kaiser Argentina, o, IKA.

Tan solo tres años después, en 1959, Renault se hizo con una participación minoritaria, lo que resultó en la producción de diversos modelos del fabricante francés en Argentina, como el Dauphine o el Renault 4. Estos coexistieron con la línea de productos heredados del Kaiser, modelos del mercado estadounidense.

Sin embargo, la marca quería, en lugar de únicamente fabricar modelos bajo licencia, producir su propio coche argentino. Con este objetivo en mente, IKA y AMC unieron sus fuerzas en 1966. De esta unión surgiría el Renault IKA Torino.

Estaba basado en el American Rambler, tenía unas dimensiones 4,72 metros de largo y 1,41 m de ancho, y su diseño fue creado por Pininfarina (cuya sede estaba en Turín, de ahí el nombre). Además, estaba disponible tanto carrocería sedán como coupé. Su diseño no ha envejecido mal, tiene una silueta bastante atlética y el frontal, con lo dos faros redondos en diagonal, es bastante agraciado.

La marca los posicionó como un modelo “premium” y acertó de llenó, puesto que la aceptación por parte del público fue muy buena. Su imagen, combinada con un motor de seis cilindros que entregaba 155 CV en la versión básica y 176 CV en la más deportiva, y con una suavidad de conducción destacada, hizo que no tardara en hacerse un nombre.

Su éxito fue tal que personalidades como Fangio tuvieron un Renault IKA Torino, y se rumorea que otros como Fidel Castro y Leonid Brezhnev también tuvieron uno en su poder. Sin embargo, el que aquí importa es el primero, puesto que potenció la vertiente de competición del modelo.

En 1969, junto a Yvon Lavaud, Director General de IKA-Renault, por entonces, mandaron un equipo con tres coches y nueve pilotos a competir en “Le Marathon de la Route”, una prueba de resistencia de 84 horas alrededor de un circuito de 28 kilómetros en Nürburgring. La carrera se celebró entre los días 19 y 22 de agosto en medio de circunstancias climatológicas de lo más diversas (calor, lluvia, tormentas…), pero cuando se bajó la bandera de cuadros el primero en cruzarla fue el Torino 3 (los otros dos coches se tuvieron que retirar) con 334 vueltas a sus espaldas… aunque tras una serie de penalizaciones acumuladas durante la prueba, acabó cayendo a la cuarta posición.

El Renault Torino siguió fabricándose hasta 1982, con una producción total de casi 100.000 unidades.