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El etanol impulsa los coches: ¿es un círculo perfecto?

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El modelo de transporte en Brasil es único, con el etanol como carburante principal. 
AUTO BILD ha visitado una de las plantas productoras de este combustible en Rio Grande do Sol para explicarte cómo llega a los surtidores de las gasolineras.

El modelo de transporte en Brasil es único, con el etanol como carburante principal. AUTO BILD ha visitado una de las plantas productoras de este combustible en Rio Grande do Sol para explicarte cómo llega a los surtidores de las gasolineras.

Brasil es un país peculiar: en el mayor fabricante de automóviles de América Latina y sexto en el mundo, el 90% de los coches que se construyen usa indistintamente etanol o gasolina.

Quemar alcohol en un motor tiene sus ventajas: la emisión de partículas se reduce en un 90%, los NOx, un 60% y otros gases de efecto invernadero, un 80%. Sin embargo, también presenta inconvenientes: tiene menor poder calorífico y es corrosivo para algunos componentes como pistones, bomba de combustible, inyectores o cilindros y, además, hace falta un asistente para el arranque en frío.

Este país trató de impulsar el mercado del etanol a finales de los setenta. Había grandes ventajas fiscales y el combustible costaba un 60% el precio de la gasolina. En 1982, el mercado se colapsó, pero ya habían tenido tiempo de acumular una experiencia masiva.

La caña no necesita ser plantada más que cada cuatro o cinco cosechas y contiene un 30% de agua y azúcar

Para cuando fabricantes como GM -que ha dado más en el clavo- y Fiat -la marca que más vende en Brasil- comenzaron a trabajar de nuevo en motores de etanol, en 1992, ya tenían mucho camino andado. A la mejora o el refuerzo de componentes sensibles se unieron las nuevas unidades de gestión electrónicas.

Motor Ecoflex de un Chevrolet Agile montado en la planta de Sao Paulo de GM. La fábrica lleva abierta 85 años

Gracias al control de la combustión se ha conseguido también eliminar el desagradable olor que dejaban los escapes de estos coches. Cualquiera de las gasolinas que se consume en el país tiene al menos un 25% de etanol y el 100% de la producción de motocicletas se dedica a este combustible. Incluso se están desarrollando motores para aviones a reacción que usen este combustible.

Para 2017, los 15.000 autobuses de la ciudad de Sao Paulo solo utilizarán etanol, como éste de Scania

Así que no es una buena idea importar un vehículo premium a Brasil y echarlo a rodar sin hacerle las pertinentes modificaciones. El etanol es el combustible ideal para este país, aunque sólo sea porque la industria de la caña de azúcar fue la primera que se creó aquí, en el siglo XIX.

Razones sobran

Sin embargo, hay razones todavía más evidentes: Brasil es el mayor productor de caña de azúcar en el mundo y el segundo de etanol, pero desde luego la más importante quizá sea el condicionante climático. El problema del arranque en frío de estos motores -el etanol contiene un 7% de agua- a temperaturas por debajo de -200C por allí no le quita el sueño a nadie.

La caña aquí crece de manera natural y, cultivada, sólo necesita ser replantada cada cinco cosechas. Cada hectárea dedicada a la caña -entre abril y noviembre- puede producir unos 7.100 litros de etanol. Esto podría llegar a generar un exceso de este producto en el mercado interno, así que los productores ya buscan alternativas.

Un vehículo impulsado por etanol consume un 30% más que uno de gasolina. Ahora, la diferencia de precios entre productos apenas justifica usar carburante de origen vegetal, pero los conductores siguen eligiendo esta tecnología. Los gobiernos del país y los de las grandes ciudades continúan impulsando este símbolo de la independencia energética del país.

En un estado que es el cuarto mayor emisor de gases de efecto invernadero de todo el mundo y el 50% de éstos provienen de la quema de selva amazónica para pastos y cultivos, sólo el 6% de estas emisiones son imputables al sector del transporte.

El guarapo o jugo que se extrae de la caña para fabricar azúcar o etanol, representa el 30% del peso de ésta. En los ingenios azucareros como el que visitó AUTO BILD durante la realización de este reportaje, el sobrante de caña se quema para obtener electricidad.

Con la montaña de desechos se alimentan unas calderas con las que producen toda la energía que consumen

El gobierno de Brasil quiere que para 2020 el 14% de la electricidad que se consuma allí sea de este origen. Dentro de pocos años, el Grupo Pedra Agro Industrial tendrá lista una fábrica para elaborar plásticos a partir de azúcar.

El trabajo corre a cargo de una bacteria que hay en los mismos campos donde crece la caña. El plástico que fabrica puede usarse para múltiples aplicaciones y pierde el 80% de su masa después de 20 días.

Nuevos plásticos biodesarrollados a 
partir de bacterias que comen azúcar. 
Son completamente biodegradables

No sé por qué, pero tras escribir este texto, el sabor del guarapo me ha vuelto a boca y en mi cabeza resuena el mayor éxito de los Archies: “Sugar, Sugar".

Por debajo del límite de la sostenibilidad

La caña de azúcar ocupa únicamente el 1% de la superficie cultivable de Brasil. La energía que puede extraerse de una tonelada de esta planta equivale a la contenida en 1,2 barriles de petróleo. Hay unas 400 explotaciones de este tipo en el país (que posee un mix energético único en el mundo: el 44% son renovables). Dependiendo de los precios del azúcar en los mercados, su producción se destina al etanol en mayor o en menor proporción.

Las zonas de cultivo están alejadas del Amazonas. En la región de Sao Paulo se concentra el 87% de la producción de caña de azúcar de Brasil

Fotos: AUTO BILD España, fabricante

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