Prueba Skoda Enyaq iV: o cuando el alumno aplicado puede superar al profesor (VW ID.4)

Prueba Skoda Enyaq iV. Por fin nos ponemos a los mandos del Skoda Enyaq, el primer eléctrico de la marca checa y que, visto lo visto, puede llegar a convertirse en otro punto de inflexión en su dilatada historia.

Y es que el Skoda Enyaq me ha dejado perplejo. Para bien, eso sí. La vida transcurre demasiado deprisa aunque no nos demos cuenta. Solo lo percibimos al ver cómo nuestros hijos nos hacen mayores... o cuando ves la evolución de las marcas de automóviles. Y Skoda es un buen ejemplo de ello.

Skoda, que en 2021 cumple 30 años integrada en el Grupo Volkswagen, comenzó a hacerse un nombre en España con el Favorit. Incluso para la época, ese modelo resultaba cuando menos curioso. Mucho ha llovido desde entonces, el alumno aplicado ha vuelto a dar la campanada, en esta ocasión con su coche eléctrico desarrollado desde cero: el Enyaq. Eso sí, conviene hacer una importante matización: el alumno aplicado lleva 30 años becado por Volkswagen. Pero no es menos cierto que Skoda ha superado la carrera con aprovechamiento.

Basado en la plataforma MEB, las similitudes con el Volkswagen ID.4 son evidentes, pero eso no es óbice para que el Enyaq me haya dejado con la boca abierta. No solo porque creo que el equipo que dirige Oliver Stefani, el director de Diseño de Skoda, haya hecho un trabajo encomiable, con muchas líneas de tensión, muchos cromados y unas llantas de 21'' (el primer Skoda en calzarlas) que atraen muchas miradas. Y eso que aún no está disponible la parrilla Crystal Face –opcional para el acabado Sportline, que llegará en breve–, de cristales que se iluminan por la noche, y que suponen una prolongación del sistema Matrix LED. ¡Chapó! 

Pero donde uno tiene que quitarse el sombrero es al acceder al interior del Skoda Enyaq. ¿Pero de verdad esto un Skoda? Es impresionante: pantalla de 13'' de serie presidiendo el puesto de conducción, mando de la transmisión entre los asientos con un diseño muy elegante, piel allá donde mires, buenos, muy buenos acabados. Si es que un ID.4 a su lado parece... un Skoda.

¿Y cómo se comporta dinámicamente el primer eléctrico de Skoda? No nos engañemos: para bien y para mal es un Volkswagen ID.4, pero más bonito. El motor que he probado es el Enyaq iV 80, con batería de 77 kWh, potencia de 150 kW (204 CV), aceleración de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y una autonomía homologada de 520 km.

Se notan sus más de 2 toneladas de peso del Enyaq incluso en modo Sport, pero responde con solvencia cuando necesitas empuje, y eso que a los 160 km/h se acaba la fiesta. El Skoda Enyaq es muy estable en curva, con pocas oscilaciones, y en giros rápidos notas los efectos de su tracción trasera, lo que le da su toque divertido. 

Eso sí, aunque la pantalla de 13'' en el Skoda Enyaq es impresionante, me gustaría que estuviera orientada al conductor. Puestos a pedir, me gustaría que apareciera siempre indicado en la instrumentación el modo de conducción en el que circulo. La pantalla de la instrumentación es pequeña, aunque muestra lo esencial y gracias al head-up-display de realidad aumentada (opcional), no tienes que apartar la vista de la carretera.

¿Y el consumo del Skoda Enyaq? Tras probar todo de lo que es capaz a ritmo alto, aire acondicionado mediante, cambié a modo Eco y comportamiento también eco –también en cuanto a comportamiento mío al volante, lo que requiere un eléctrico–, y logré un gasto de 19,3 kWh para un recorrido de 102 km. ¡Buen dato! En cuanto a la autonomía, partí con 431 kilómetros y acabé con 322 km.

¿Y cuánto cuesta todo este despliegue? El Skoda Enyaq iV 80 que he probado tiene un precio de 35.900 euros, con descuentos comerciales aplicados, así como el Plan Moves III. Es decir, que sin ese dopping el Skoda Enyaq alcanzaría un precio bastante considerable, lo que pone de manifiesto que el good value for money, del que siempre han hecho gala en la marca queda de momento en stand-by. La electrificación, al partir de cero, supone un cambio de paradigma, y el objetivo de Skoda es reposicionarse hacia arriba. Con el Enyaq ha dado un primer paso.