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Renault Scénic y Grand Scénic 2012: nueva cara y algo más

Jorge Arenas

La tercera generación del Renault Scénic cambia ligeramente su estética, ofrece nuevos sistemas tecnológicos y logra que sus motores sean más eficientes. Disponible con cinco o siete plazas, su precio de partida es de 17.300 euros.

Motorizaciones comparadas:

Renault acaba de poner al día su monovolumen más versátil. Scénic 2012 y Grand Scénic 2012 (cinco o siete plazas) reciben nuevos faros, pasos de rueda, parrilla y paragolpes que le dan un aspecto más moderno. Las inserciones en cromo, el color negro o las luces LED para el alumbrado diurno también son novedad.

En el interior de la nueva gama Scénic 2012 las novedades más evidentes están en los colores de la tapicería, la radio con frontal rediseñado o la pantalla TFT de los relojes, que incorpora nuevos pictogramas. Pero también es interesante encontrarse con los cómodos intermitentes de un solo toque y con los dos sistemas que forman parte del paquete tecnológico Visio System. El primero de ellos es un avisador de cambio de carril, que funciona por encima de 70 km/h; el segundo es un asistente de luces que cambia las de carretera a cruce cuando detecta que hay peligro de deslumbrar a los coches que hay delante. Lo cierto es que ninguno de los dos es especialmente novedoso ni completo (el avisador de cambio de carril, por ejemplo, no corrige la dirección), pero merece la pena equiparlo porque es barato: 250 euros en la lista de opciones.

En el apartado mecánico no hay ningún motor totalmente nuevo, pero sí se ha trabajado por aumentar la eficiencia de la gama. Y para muestra, el Energy dCi de 110 CV, que ahora fija sus cifras de consumo y emisiones en 4,1 l/100 km y 105 g/km, al tiempo que ha incrementado su par máximo un 20 %. Más limpio, con una mejor respuesta a bajas vueltas y con Start-Stop, este propulsor de 1,5 litros está llamado a convertirse en el superventas de la gama. Y si quieres, también lo tienes con cambio automático de doble embrague.

Otro gran protagonista entre los diésel es el dCi 130, que Renault fabrica en colaboración con Nissan. Probablemente este sea el motor más equilibrado de la gama porque mejora de forma palpable las prestaciones del dCi 110 y su consumo no deja de ser realmente bajo (4,4 l/100 km). Además, tampoco paga impuesto de matriculación ya que sus emisiones están por debajo de la barrera de los 120 g/km. Por último, queda hablar de la parte de gasolina, donde la novedad será el futuro 1.2 Tce de 115 CV, que llegará en mayo y no destaca por un consumo particularmente bajo.

Por lo demás, nada cambia en los Scénic 2012 y Grand Scénic 2012. Tú eliges si quieres cinco o siete plazas para llevar a tu familia de forma cómoda y espaciosa, al menos en las dos primeras filas de asientos. La versatilidad de su asientos es una de sus mejores virtudes y la capacidad de almacenaje interior, también (hasta 92 litros puedes tener repartidos entre sus huecos).

Ya disponible, el nuevo Scénic 2012 tiene un precio de salida de 17.300 euros para la versión 1.6 16V 110. Súmale 900 euros a esa cantidad en el caso del Grand Scénic.

Prueba del Renault Grand Scénic Bose Edition 1.6 dCi por Vicente Cano

Si tienes 20 años y no piensas en matrimonio, hipoteca e hijos, seguro que no te ves conduciendo un monovolumen. Tampoco era mi coche ideal hasta hace no mucho, pero todo llega en la vida y ahora me es imposible no poner mi mirada paternal al ver un Renault Grand Scénic. Quizá solo si estás tan necesitado de espacio como yo, verás con buenos ojos la multitud de huecos portaobjetos que se reparten entre los paneles y el suelo de este Renault. Incluso pensarás ¡qué bien! al ver los tremendos compartimentos que hay debajo de los asientos, en los que pueden guardarse y/o perderse para siempre bastantes cosas.

Muchas más aptitudes te conquistarán de este Grand Scénic 1.6 dCi, si eres de los que van al concesionario con el metro en la mano para medir la segunda fila o, mejor, con dos sillitas para ver si las tres plazas traseras son reales. Lo son, y encima individuales. Además, pueden desplazarse hacia delante unos centímetros y tienen un tapizado que parece a prueba de bombas. También son amplios los dos asientos que se esconden bajo el fondo del maletero, con el mejor sistema para el plegado de las butacas adicionales que conozco.

Después de casi 600 km mezclando atascos y carretera, pero sin cuidar lo más mínimo el ahorro, el motor 1.6 dCi arrojaba un consumo medio de 5,6 l/100. Un poco lejos de los 4,1 l/100 oficiales, pero si tienes un estilo de conducción más bien deportivo gastarás algo menos de lo que pueden llegar a tragarse cualquiera de los monovolúmenes de la competencia, elige el que quieras. 

Por otra parte, mis 1,69 metros de estatura tienen fácil acomodo en cualquier coche y como en este no se trata de ir a tumbar en las curvas, la sujeción del asiento del conductor -sin regulación lumbar- es suficiente. Por otro lado, al girar la llave de contacto (si no tienes encendido el estupendo equipo de música de Bose) notarás una de las aristas negativas del motor dCi. Al ralentí suena como un diésel de los de toda la vida, aunque la insonorización del habitáculo es bastante correcta. También tiene unos bajos algo toscos y escandalosos cuando el coche inicia la marcha en primera o segunda. Quizá tenga algo que ver el uso de cadena en lugar de una correa de distribución, que te asegura la tranquilidad de olvidarte de su cambio.

Al salir a carretera, todo lo anterior se transforma en suavidad, elasticidad y ahorro. La quinta y la sexta marcha del cambio manual estiran bastante y el 1.6 dCi es un mechero: podrás hacer viajes baratos incluso cuando el Gobierno suba la velocidad máxima a 130 km/h.
La dirección no es de lo mejor, pero es que se trata de un monovolumen, así que la progresividad y el tacto que ofrece no puede ser nunca una tacha para este modelo. Además, su precisión mejora mucho con las llantas de 17”, aunque la estética no sea de familiar precisamente.

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