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Prueba: Mercedes-AMG GLC 43 4Matic. De lo bueno, lo mejor

Si a un vehículo tan polivalente y dinámico como el Mercedes GLC le sumamos el acabado AMG y un 'supermotor' de seis cilindros y 367 CV tendremos uno de los SUV compactos más potentes del mercado.

Entre los tan de moda SUV hay una élite, que poco o nada tiene que ver con el resto. Entre estos se sitúan algunas maravillas de la ingeniería de la automoción como el BMW X4 M40i, el Porsche Macan o el que protagoniza la prueba: el Mercedes-AMG GLC 43 4Matic.

Si este coche te impresiona por fuera, más lo hará por dentro. Acabados prácticamente perfectos y materiales de última generación se combinan en el Mercedes-AMG GLC 43 4Matic para ofrecer un interior tres en uno: acogedor, deportivo y lujoso. 

VÍDEO: Mercedes-AMG GLC 43 Coupé, ¡potencia a saco en acción!

VÍDEO: Mercedes-AMG GLC 43 Coupé, ¡potencia a saco en acción!

El volante, achatado por su parte inferior, ya te indica que este SUV deportivo es un Mercedes GLC diferente; más provocador. Además, los asientos ofrecen un mejor apoyo lateral que en el resto de la gama y sus costuras rojas le dan ese toque deportivo del que te hablaba. Y si quieres personalizar este interior todavía más, dispones de muchas opciones para hacerlo.

El pasaje notará que están a bordo de un SUV... especial. La suspensión es firme, con una clara tendencia a la dureza, aunque selecciones en su AMG Dynamic Select el modo Confort. Circular por una carretera comarcal de esas que tenemos en España llena de rotos y olvidadas por el Ministerio de Fomento puede ser, digamos, algo delicado para los que vayan a bordo. No es su fuerte.

Como tampoco lo es la amplitud de espacio en los asientos traseros, donde solo dos adultos viajarán cómodos a bordo de este Mercedes GLC deportivo. Uno más es complicar el traslado innecesariamente. Por lo menos, se pueden abatir los asientos también desde el maletero, así como bajar la suspensión neumática trasera para poder cargar su maletero de una forma más cómoda.

Eso sí, a todos les encantará el sonido metálico del bloque V6 del GLC 43 que pruebo. Embriaga desde el mismo encendido. Sigo pensando que una mecánica de seis cilindros en V es de lo mejorcito que un vehículo de cuatro ruedas puede llevar bajo el capó. Reúne equilibrio, potencia, rapidez de reacciones, fiabilidad... y este GLC la remata con un doble turbo que provoca una reacción inmediata del acelerador con una subida lineal y contundente del cuentarrevoluciones. Poco más de cinco segundos para pasar de 0 a 100 km/h, hazme caso... impresiona. Y más si hablamos de casi dos toneladas moviéndose con esta agilidad.

¿Pierde tracción en este brutal proceso? Nada. Con una transmisión de potencia mayor a las ruedas traseras, logra que ninguno de los dos ejes se queje ante un buen pisotón al acelerador desde parado.  También su comportamiento es de libro en cambios rápidos de dirección, gracias a esa dura suspensión que sujeta con decisión y firmeza su carrocería. Por eso, una carretera de curvas de buen asfalto es su terreno favorito.

La dirección hiperdirecta, con poco más de dos vueltas de volante, inscribe el GLC 43 4Matic en el trazado como pocos SUV lo pueden hacer, y solo el Macan podría superarlo, algo muy difícil.

Otro elemento mecánico que me ha parecido ideal para acoplarse a su motor de casi 3.000 cc es su caja de cambios automática de doble embrague 9G-Tronic. En esta versión, su electrónica ofrece una respuesta más rápida. Pero, además, su modo de funcionamiento manual aguanta la marcha seleccionada, sin cambiar a una superior, aunque el motor llegue a su corte de encendido (pasadas las 6.000 rpm). Y la guinda: esos adictivos golpes de gas, imitando un punta-tacón, al reducir marchas. También es verdad que, y menos mal que es solo a veces, este cambio parece estar sobrepasado al tener que gestionar tantas relaciones.

Males menores que se curarán cuando elijas el modo Sport (deja el Sport+ para circuitos) y veas cómo el GLC se agacha un poco y, como Usain Bolt, se prepara para salir disparado a la más mínima insinuación del acelerador y como si éste tuviera conexión directa con tu cerebro.

Hablando de conexiones, cuidado con esos gestos de piloto, porque tu cartera también adelgazará en la misma proporción que aumenta tu disfrute a bordo de este Mercedes GLC. En el modo Eco puedes tener un gasto de ocho litros de media cada 100 km, pero si le pisas de verdad... esa cifra puede aumentar fácil y rápidamente a más del doble...

Y ahora te estarás preguntando... ya, ¿pero cómo se detiene esta mole? Pues gracias a sus discos de freno delanteros perforados de 360 mm de diámetro y un tacto exquisito este AMG GLC se detiene en menos de 38 metros. Vamos, como una berlina deportiva.

Ya solo me queda hablarte de su precio. ¿Elevado? Puede que sí, que sus casi 72.400 euros sean muchos euros. Con 109 CV menos tienes el GLC 350 d, te ahorras 8.000 euros y, sobre todo, gasta mucho menos combustible... pero no tiene el exclusivo carácter de nuestro protagonista. Y si quieres todo igual, pero con la espectacular carrocería Coupé, solo 4.600 euros más te separarán de ella, como podrás comprobar en nuestro recomendador. Es para pensárselo.

Valoración

Nota8

Ponemos a prueba el Mercedes-AMG GLC 43 4Matic, la poderosa versión del SUV alemán que está equipada con un motor de seis cilindros con doble turbo y 367 CV.

Lo mejor

Su imagen, su interior, el 'interminable' motor y su dinámica.

Lo peor

Relación entre precio/equipamiento realmente nefasta, consumo de combustible.

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