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Jeep Renegade vs Skoda Yeti y Suzuki SX4 S-Cross

El Jeep Renegade es el último en llegar al bollante segmento de los SUV compactos. Lo enfrentamos a dos duros rivales.

Motorizaciones comparadas:

Los SUV compactos están de moda, eso es una verdad incontestable. Por eso no sorprende que no exista prácticamente marca generalista que no tenga uno en su gama, o en sus planes inmediatos. 

Esencia Jeep puesta al día

El último en llegar es el Jeep Renegade, que con sus 4,23 metros de longitud casi calca la del Skoda Yeti, el cual es uno de los referentes de este segmento en Europa. El Renegade, aquí en versión 1.6 Multijet 140 CV contraataca con infinidad de detalles estéticos, para los fans de la marca: gruesos pilares, pilotos traseros con la forma de los bidones de los clásicos Jeep del ejército, agarrador frente al copiloto y colores que remiten una vez más a la historia de Jeep, como el verde oliva de nuestra unidad de pruebas. 

Y en general, las el diseño de la carrocería contradice a todos aquellos afirman que los coches de hoy en día son demasiado redondeados. Retoma los cantos y las formas angulosas que ya son seña de identidad en la historia de la firma americana. Unas formas que, ojo, no están exentas de ventajas: por ejemplo, los reflejos del sol molestan menos en su escueto parabrisas que en las enormes lunas panorámicas que gastan muchos modelos actuales. Y su zaga tan cuadrada, optimiza muy bien el espacio interior, a pesar de sus compactas medida sexternas.

Uno va sentado cómodo y en posición elevada con buena visibilidad, su servodirección ayuda a manejar el coche con facilidad y no exento de precisión, el comportamiento general no merece crítica alguna. Jeep ha renunciado a un tarado deportivo en el chasis, pero eso no implica que no permita rodar con alegría a la par que aplomo, y siempre con un buen nivel de confort. El motor turbodiésel que hereda de Fiat es un buen aliado: tiene un arranque algo tosco, pero en cuando pasa de las 1.400 vueltas convence con mucho brío sin llegar a consumos excesivos: en nuestro test, se quedó en los 6,5 litros cada 100 kilómetros.

El Skoda Yeti convence por practicidad

El Yeti no lo hace mejor en este apartado, de hecho consume medio litro de media más que su rival americano. Pero sin embargo destaca en sus cualidades transportistas: su espacio de carga tiene un 22% más de volumen, puede cargar 75 kilos más y tirar de 600 kilos extra. 

El interior de este Skoda Yeti 2.0 TDI me gusta por su enfoque práctico, su variabilidad gracias a las múltiples posiciones que admiten sus plazas traseras y su reducido ángulo d giro que le permite ser manejable como ningún otro en ciudad. La respuestas de su motor diésel venido de Volkswagen tiene, además, un tacto más refinado que el del Jeep, sin renunciar a un buen empuje. El chasis se siente algo más duro, pero lo cierto es que su comportamiento en curva es intachable, incluso rodando rápido.

El espacio del Suzuki SX4 S-Cross se ve penalizado por su diseño

El japonés también recurre a un diésel de Fiat. El motor, sin embargo, tiene una respuesta más tosca, y desde luego es menos refinado que el del Skoda. Pero el Suzuki puntúa aquí con un consumo muy contenido. No tiene problemas para ahorrar más de un litro respecto a sus rivales, sea cual sea el estilo de conducción. 

En esto tiene mucho que ver la baja línea del techo y un diseño más aerodinámico, pero penaliza su espacio. Vas sentado más abajo, la visibilidad es por tanto peor y no puedes meter tanto equipaje como en sus rivales, aun siendo el más largo de los tres. La altura del maletero marca la diferencia: el Jeeo ofrece 10 centímetros más, en el Skoda esta diferencia aumenta hasta los 18.

Al conducirlo, en este Suzuki SX4 S-Cross 2.0 DDiS 135 CV no me ha convencido su dirección, que si bien es suave, transmite demasiado poco. Pero el punto más criticable es su incómoda suspensión, y es que en confort, queda claramente por detrás de sus rivales. Con todo, tiene a su favor un precio competitivo y un equipamiento muy completo.

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