Comparativa X5, ML, Cayenne, Range Rover y Touareg

El último de estos transatlánticos en ponerse a dieta ha sido el Range Rover Sport SDV6, que se encarga de reducir su peso por medio de una carrocería de aluminio. Y ahora debe verse las caras con sus competidores alemanes: el aún fresco BMW X5 xDrive30d, que con 258 CV aúna el toque deportivo de la marca y máximo lujo. En esta generación, el coche bávaro ha evolucionado y ahora es un coche muy equilibrado. También el Porsche Cayenne Diesel intenta puntuar con su mezcla de dinamismo y estilo. El Mercedes ML 350 BlueTec 4Matic y el Volkswagen Touareg V6 TDI BMT se sitúan en otra esfera, ya que priorizan el confort y la serenidad. Por ello, son modelos indicados para viajar con la familia. A los cinco les une su afán por contener el consumo. Si no, saben muy bien que están condenados al destierro. En estas páginas te mostraremos qué SUV de lujo se adapta mejor a tus necesidades.

Range Rover Sport 3.0 SDV6

Imponente y moderno, aunque en ningún caso barroco: estéticamente, el Range Rover gana seguidores con facilidad, pero los pierde igual de rápido al volante. Tras las mediciones interiores, vemos que ofrece un espacio en la media de la competencia. Además, en un coche tan señorial esperábamos otra cosa, igual que con la sensación de calidad de algunos materiales. Le toca al motor, por tanto, dar el do de pecho. El 3,0 litros se presenta con la variante de 292 CV y entrega 34 CV más que sus oponentes. La verdad es que, aunque su carrocería de aluminio baja de las 2,4 toneladas, no tiene un rodar muy enérgico. En autopistas (alemanas, claro), incluso adolece de una resistencia aerodinámica excesiva y su velocidad máxima se queda en los 210 km/h, mientras el BMW continúa hasta los 230 km/h. Pero a la hora de pasar por el surtidor, su mayor potencia sí que se hace notar: con 9,3 litros a los 100 kilómetros, es el que más consume. Por supuesto, quien quiera conducir un Range Rover, debe disponer de una cuenta holgada: con un precio base de 76.900 euros, supera incluso al Porsche. Si encima monta, como nuestra unidad, las llantas de 21 pulgadas (1.650 euros), el confort se ve muy perjudicado.

Volkswagen Touareg 3.0 TDI

Un rol poco habitual en Volkswagen: estar en el segmento superior de los SUV y ser la oferta más interesante con un precio claramente por debajo de sus oponentes. Aunque para eso, los conductores del Touareg deberán prescindir de algunos sistemas de asistencia. El Volkswagen, en comparación con su competencia, rueda un paso por detrás. Para un SUV de esta categoría, el maletero (con 1.642 litros de capacidad máxima) resulta demasiado escaso, y el potente motor (que consume 9,2 litros) nos ha parecido excesivamente sediento. A pesar de la suspensión neumática (3.590 euros) sigue siendo el menos cómodo al pasar por terrenos bacheados, algo en lo que tienen mucho que ver el juego de llantas de 19 pulgadas opcionales (1.695 euros) que lleva. En su favor hay que decir que los pasajeros viajan en un ambiente refinado y desahogado. Detrás, la banqueta se puede deslizar un par de centímetros y deja espacio de sobra para las piernas más largas. El conductor enseguida se familiariza con el puesto de trabajo y la buena visibilidad. Así como los 11,5 metros de radio de giro, pocos en comparación con el resto de modelos de la comparativa. Esto lo convierte en el más cómodo de maniobrar.

Porsche Cayenne D

El Cayenne ofrece lo que esperamos de un Porsche, incluso en versión diésel. Se mueve con ímpetu y pasa por las curvas sin problemas, como si fuera lo más normal para un SUV de 2,2 toneladas con cinco metros de longitud. Tiene casi la precisión de un deportivo. Sin duda, te divertirás mucho a sus mandos. La única pega es que eso no lo espera la mayoría de clientes de un SUV de lujo. Aunque el espacio interior no admite crítica y los excepcionales asientos deportivos (2.079 euros) son cómodos para trayectos largos, el confort general se resiente al viajar. Las dinámicas líneas de la carrocería fomentan la sensación de ir sepultado entre dos muros y penalizan la visibilidad perimétrica. Con las llantas opcionales de 20 pulgadas (3.138 euros) este Porsche pierde aún más suavidad en el asfalto. Los viajes largos, en definitiva, no son lo suyo. Una pena, porque el 3,0 litros diésel del grupo VW sí que tiene cualidades para hacer muchos kilómetros. Proporciona fuerza en toda la zona del cuentavueltas y con 8,8 l/100 km de gasto es igual de eficiente que el BMW. Un tipo insolente en un segmento conservador, en definitiva. Además, su precio de venta base de 70.862 euros es de los más elevados. No te digo nada si empiezas con las opciones...

Mercedes ML 350 CDI

Un auténtico transatlántico llegado de Stuttgart. Cumple, casi a la perfección, el ideal de SUV de lujo. El Mercedes ML presume de mucho espacio y un habitáculo de altos vuelos. De acuerdo, los asientos bien podrían ofrecer más sujeción lateral y la banqueta trasera ser algo más cómoda, pero es indiscutible que en este coche se viaja fenomenal. ¿Exceso de equipaje? Puedes meter hasta 2.010 litros en su maletero. En marcha, he degustado el refinamiento de su suspensión neumática (2.782 euros), que casi convierte a este Mercedes en una confortable cama. Solo las llantas opcionales de 19 pulgadas (1.245 euros) perjudican a la comodidad en asfaltos en mal estado. La otra cara de tanto confort: en curvas rápidas balancea significativamente. Eso sí, el motor V6 de 3,0 litros garantiza una aceleración soberbia, y a la hora de esprintar solo se ve superado por el BMW X5. Solo tenemos queja para un cambio automático un tanto indeciso. Nos hemos llevado una sorpresa a la hora de calcular los costes. Aunque parezca mentira, los chicos de la estrella no tienen una política de opciones tan costosa como la de alguno de sus rivales. Eso sí, tampoco te lleves a engaños: no es nada barato.

BMW X5 xDrive30d

Para encontrarle fallos hay que emplearse a fondo. Entonces, uno cae en que su espacio en las plazas traseras no es especialmente generoso. Ni su capacidad de carga de 538 kilos. Además, su excesivo radio de giro o el poco práctico portón trasero divisible en dos tampoco son para echar cohetes. Pero aquí acaban las críticas. Por lo demás, este BMW brilla como ningún otro. El interior, tan refinado como funcional, logra que cualquier viaje sea un placer, y a ello colaboran mucho sus cómodos asientos, que no fatigan por muchos kilómetros que hagas. También suma su sistema de conectividad a Internet (caro, eso sí), con su concienzuda información del tráfico. ¿La joya de la corona? Un chasis a base de muelles de acero delante y suspensión neumática detrás, que sumados a la amortiguación ajustable (2.219 euros) proporcionan el mejor confort imaginable. Y no solo eso: es lo suficientemente rígido como para asumir el potencial deportivo del bávaro, sin por ello castigar a los pasajeros, que apenas notarán las irregularidades del asfalto. No muestra ninguna flaqueza en esta prueba, sea cual sea el firme o la velocidad. Lo mejor lo dejo para el final: el motor. El tres litros de seis cilindros en línea es el más rápido frente al implacable cronómetro. En el 0 a 100 km/h saca un par de décimas a sus contrincantes, y con 8,8 litros es el más ahorrador junto con el Porsche, siendo a la vez el más alegre de conducir en una conducción decidida. Está claro, tenemos al ganador y encima por goleada.

Conclusión

Es muy  destacable el paso al frente que ha dado el BMW X5 en el segmento de los SUV de lujo. Ofrece un confort cercano al de una berlina superior, un motor tan alegre como ahorrador y buen espacio interior. Ni el cómodo Mercedes y el deportivo Porsche llegan a ese equilibrio. El VW interesa por su precio y el Range Rover, por su diseño.