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Comparativa: nuevo Renault Megane contra todos

El nuevo Renault Mégane es un coche muy conseguido: tiene un diseño atractivo, un comportamiento ágil y equilibrado y un moderno interior. Lo enfrentamos a lo más granado de su segmento para comprobar de lo que es capaz. Comparativa: nuevo Renault Mégane contra todos.

La nueva generación del Renault Mégane llega cargada de buenos argumentos, pero no lo va a tener fácil. El segmento de los compactos está muy reñido, con modelos realmente competitivo. Veamos capaz de qué es el francés. Lo enfrentamos contra el Honda Civic, el Opel Astra, el Ford Focus y el Hyundai i30. Nuevo Renault Mégane contra todos.

Honda Civic 1.6i-DTEC 

Es bueno que en un segmento a priori tan razonable como el de los compactos (son coches accesibles, con buen espacio pero pequeños por fuera, bien equipados y suficientemente prácticos) se diseñen coche como este Honda Civic. Su figura deportiva y espacial no pasa desapercibida, y tiene una merecida horda de fans.

También es práctico: las plazas traseras tiene un sencillo y rápido sistema de plegado múltiple. El 1,6 litros de 120 CV es otro motivo de alegría, igual que el tacto de su cambio manual de recorridos cortos, su ágil comportamiento y su deportiva dirección.

¿Por qué se queda con el quinto puesto? Entre otras cosas, la postura al volante es demasiado elevada, y el manejo del sistema multimedia es demasiado complejo. Y la suspensión es demasiado dura, lo que provoca que los baches se noten en el interior más de lo deseado. Lo dicho: el Honda Civic no es un compacto al uso. Es un coche para sus fans.

Hyundai i30 1.6 CRDi

Parece mentira que este modelo ya tenga cuatro años a sus espaldas. Y es que sus diseños exterior e interior siguen siendo plenamente actuales. En el habitáculo, el manejo de los diferentes elementos es muy intuitivo y ofrece mucho espacio. Especialmente las plazas traseras, que son las más desahogadas de esta comparativa. Es un coche compacto, pero en el que cinco personas pueden viajar sin problemas.

Una pena que tantas cosas buenas se vean ensombrecidas por su motor de 1,6 litros y 136 CV. Es perezoso, indolente a la hora de subir de vuelas y sus prestaciones son las peores de esta comparativa. Además, es demasiado ruidoso. 

No lo compensa con su comportamiento: la dirección tiene un tacto pastoso y es poco comunicativa. A su favor, eso sí, hay que decir que tiene unos acabados por encima de la media y cinco años de garantía.

Ford Focus 2.0 TDCi

El Ford Focus actual, aparte de su reciente lavado de cara, lleva más de cinco años entre nosotros, pero sigue siendo la referencia absoluta en comportamiento dentro de su segmento. Tiene una respuesta ágil, la dirección es directa, precisa y comunicativa, es un coche ávido de curvas, por las que pasa con absoluto aplomo. 

Y además de todo esto, es un coche confortable que filtra bien los baches. La definición de su chasis es clara: equilibrio. 

Todas estas bondades van apoyadas en un motor brioso de 150 CV con 2,0 litros que empuja con ganas a cualquier régimen.

En su contra juega su veteranía, y es que su interior se ve claramente anticuado, especialmente frente a los innovadores habitáculos del Mégane y el Astra. Y en las plazas traseras es demasiado angosto, tres adultos irán con apreturas.

Renault Mégane dCi 130

Es una pena que el diseño sea algo subjetivo y no puntúe en nuestras comparativas. Porque en ese caso, el nuevo Renault Mégane ganaría de largo. Su carrocería mezcla deportividad y elegancia como ningún otro coche de su categoría.

Dentro mantienen en buen gusto, con un cockpit claro presidido por una enorme pantalla táctil de 8,7 pulgadas que integra un navegador de TomTom. El manejo de sus menús, eso sí, requiere un periodo de adaptación.

Delante una va muy cómodo en sus confortables asientos que además agarran bien el cuerpo. Pero las plazas traseras resultan demasiado pequeñas para un coche de este tamaño, y los adultos de talla elevada irán con estrecheces. 

La respuesta de su 1,6 litros diésel de 130 CV es muy refinada: silencioso y al mismo tiempo capaz de subir de vueltas de forma homogénea y con mucho empuje. 

En comparación con la generación anterior, este Mégane tiene un chasis muy equilibrado y una dirección rápida, aunque tiene un tacto algo sintético. Y pone el foco en el confort: filtra con suavidad las irregularidades del asfalto, y su carrocería se mantiene en su sitio al pasar por curvas, sin balanceos.

Opel Astra 1.6 CDTI

No gana esta comparativa porque destaque especialmente en ningún aspecto, sino porque es, en general, el más equilibrado y puntúa bien en todos los apartados. Ofrece un buen espacio interior, la postura al volante es casi perfecta, especialmente con los recomendables asientos opcionales AGR, que cuidan tu espalda como ningún otro 

Detrás es claramente más desahogado que el Ford y el Renault, aunque no llegue al nivel del Hyundai.

El motor 1,6 litros diésel empuja con brío, tanto que parece tener más CV. Y logra demás un consumo muy contenido de 4,8 litros. Su única pega es que al subir de vueltas resulta más ruidoso de lo deseado.

No es tan ágil como el Focus, pero el tarado de su chasis es firme y el comportamiento aplomado, y además filtra bien los baches. Solo las juntas del asfalto provocan algún traqueteo en el interior. 

La única pega real son los recorridos de su cambio de marchas, demasiado largos. Pero en conclusión, es un coche espacioso, práctico y ahorrador.

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