Comparativa: Audi S5/BMW 340i/Jaguar XE S/Mercedes C450 AMG

BMW 340i: un rival para el M3

Al BMW 340i y al M3 los separan más de 25.000 euros. La pregunta es, ¿merece la pena pagar tamaña diferencia? Ok, el de la división M ofrece un kit de carrocería más musculoso, y un chasis de competición, sin renunciar a sus virtudes de berlina premium. Pero el 340i también mantiene estas últimas, y si bien tiene un exterior más discreto, lo cierto es que la respuesta de las suspensiones, los frenos, la dirección y los amortiguadores es impecable. Silencioso, aplomado, confortable y al mismo tiempo firme y preciso. 

Y es que, en el fondo, emplea el mismo tres litros de seis cilindros en línea que el M3, y en lugar de dos turbos un compresor Twin-Scroll con dos canales de escape divididos se encarga de ofrecer el empuje necesario. Por eso no nos sorprende que acelera de 0 a 100 km/h 4,6 segundos, solo dos más que el M3. Y solo requiere 3,5 más que su hermano deportivo para llegar a los 200 km/h. Todo esto lo logra con 346 CV medidos, o sea, 20 más de los anunciados por la marca. Sin duda, esta discreta berlina es una caja llena de sorpresas.

Audi S5 Sportback: le vendría bien una dieta

Este Audi no puede mantener el ritmo de su rival bávaro en aceleración. Y no por su motor turboalimentado, que a partir de las 3.000 vueltas lo da todo, sino por el largo desarrollo de las marchas quinta, sexta y séptima. 

Y eso que el cambio de doble embrague tiene un funcionamiento que raya la perfección, tan suave y confortable que parece un variador de par. Pero también debe lidiar con 1.818 kilos de peso, algo excesivos para su tamaño, que también frenan sus prestaciones. 

Eso sí: su comportamiento en giros no deja nada que desear: el nivel de agarre y de velocidad de paso por curva son enormes. La dirección dinámica opcional de nuestra unidad de pruebas tiene una configuración muy directa, es precisa y muy comunicativa. Esto aporta un buen ‘handling’, y permite mover el coche con un agilidad inusitada para su peso. Algo a lo que también ayuda, qué duda cabe, el diferencial autoblocante, también opcional, que monta esta unidad.

Jaguar XE S: diversión a raudales 

Igual que el BMW, dispone de un cambio automático de ocho velocidades con variador de par. Para ser exactos, es el mismo de la casa ZF, solo que con otro software. Mientras en el bávaro sube antes y reduce más tarde, de forma que incluso a bajas vueltas ofrece una buena reserva de par, las reacciones del Jaguar son más ofensivas. 

Y es que el motor con compresor del británico construye su cima de par de manera más lineal. Esto no quiere decir que le falte empuje en absoluto, de hecho, a 4.500 vueltas, momento en que arroja su par máximo, la respuesta es realmente brutal. Y todo con una configuración del chasis y la dirección claramente enfocada al dinamismo, lo que permite recrearse a placer por carreteras de curvas… Siempre acompañado del cautivador rugido de su V6.

Mercedes C 450 AMG: el único que le sigue el ritmo al BMW

El motor biturbo V6 de 333 CV, heredado del C 400, ha recibido un intensivo entrenamiento en la factoría AMG, y ahora arroja 367 CV gestionados por un variador automático de siete velocidades. Las prestaciones hablan por sí solas: es el único de esta comparativa capaz de seguir el ritmo del 340i. Al igual que el Audi S5, ofrece tracción integral, eso sí, que da preferencia al eje trasero. Pero, para ser sinceros, hubiéramos preferido un C 450 AMG de propulsión trasera, que además, sería más ligero, lo que le daría una dirección aún más precisa y más capacidad para driftear, ya que tendría una mayor tendencia al sobreviraje. 

Pero no olvidemos que este coche es más berlina que deportivo, y su tracción a las cuatro ruedas le da más margen de seguridad al límite sobre piso húmedo, y más garantías por tanto en condiciones invernales. Con todo, es un coche que permite rodar muy rápido en seco por carreteras de curvas, tal vez demasiado dócil para manos expertas, pero muy divertido para la mayoría de los conductores.