Logo Autobild.es

Un cara a cara de lujo: Audi Q7 vs Mercedes Clase S

Ok, enfrentar a un SUV y una berlina puede parecer descabellado, pero cuando estamos a este nivel de refinamiento y de precios, los segmentos se diluyen, porque los compradores buscan la misma cosa: el máximo lujo. Cuál ofrece más, ¿el Audi Q7 o el Mercedes Clase S? ¡No te los pierdas al detalle en nuestra galería!

Motorizaciones comparadas:

Manfred es el aparcacoches del hotel Atlantic, uno de los más lujosos de Hamburgo. De modo que sabe bien qué se siente al volante de los coches más refinados del planeta: Rolls Royce, Ferrari…. Hasta algún que otro McLaren ha pasado por sus manos. Pero para este veterano, la verdadera suite sobre ruedas es el Mercedes Clase S. Y le ha sorprendido el nuevo Audi Q7: además de su enorme tamaño, se desliza como una auténtica berlina de lujo. De modo que, aunque vengan de segmentos diferentes, su público es muy similar. Por eso no hemos podido evitar plantearte un cara a cara de lujo: Audi Q7 vs Mercedes Clase S

Empecemos por el S 500 L. Efectivamente, es la versión alargada, con 13 centímetros extras para las plazas traseras. Desde la parrilla hasta su compacta e inclinada zaga al estilo de un yate, es un Mercedes puro, difícil de superar en refinamiento e imagen. Un coche que, sí o sí, merece llevar la estrella asomando por encima del morro. 

El Audi 3.0 TFSI también impone, principalmente por sus dimensiones. Más ancho que su rival pero, sobre todo, con una característica: ¡desde su puesto de conducción puedes permitirte mirar a todo un Clase S desde arriba! Los ocupantes se sientan 17 centímetros por encima, y el bueno de Manfred conoces esta ventaja: es más fácil subirse a un SUV como este. En sus plazas delanteras sientes aún más desahogo que en el Mercedes, no en vano es cuatro centímetros más ancho, las piernas adoptan el ángulo de rodilla perfecto, y un parabrisas más lejano redondean esta sensación.

Mejor dicho: hay tanto espacio delante, que uno tiene la impresión de que va a recibir el eco de sus palabras del parabrisas delantero. Un familiar de lujo, con espacio para una tercera fila de asientos o hasta 2.075 litros de equipaje, bastante más que su rival. 

Otra cosa a favor del Audi: es más joven, por tanto incorpora más asistentes, incluso la ayuda al giro cuando circulamos en doble sentido, si bien el Clase S se pondrá a la altura, e incluso por delante, con su próximo ‘facelift’.

Pero no queremos decir con esto que el Mercedes sea poco  tecnológico, al contrario: el puesto de conducción abruma en este sentido: te reciben dos enormes pantallas estilo cinemascope, y todo esto rodeado de cuero, madera y cuero al más alto nivel. Aunque normalmente el propietario de un coche así va sentado en la plaza trasera derecha, desde donde puede manejar el climatizador, la conexión a internet, el teléfono, la televisión… Prácticamente todo. Básicamente: detrás, donde el Audi ofrece un espacio realmente desahogado, el Mercedes le replica con una suite que poco tiene que envidiar a los hoteles de lujo.

Una suite sobre ruedas

Dos metros cuadrados en donde los asientos individuales se pueden colocar en postura casi horizontal para echar el más relajante de los sueños. 

Claro, que lo menos que vas a querer si tienes la suerte de subirte aquí algún día es dormir: auriculares, televisión satelital, neveras… Y es que el lujo que se respira aquí detrás es tal, que incluso a todo un Audi Q7 le saca los colores. Ya se para trabajar o pasar grandes momentos de ocio y relax, se nos ocurre pocos lugares más idóneos que las plazas traseras de este Mercedes.

Dos alfombras persas

Clase S vs Q7

Y llega la hora de comprobar cómo se comportan estas dos alfombras persas en carretera. El Audi monta  el tres litros de gasolina y 333 CV, tracción integral y la opción de cuatro ruedas direccionales, con las que logra un asombroso radio de giro de 11,5 metros. Da la impresión de que encoge a cada metro que recorre, así de ágil toma las curvas este gigante. No da para nada la típica sensación de un SUV de ir sentado sobre una enorme pelota de goma. 

Pero lo que realmente es un lujo es su suspensión neumática, que pasa por los baches pronunciados con una suavidad pasmosa, e incluso camufla el enorme tamaño de sus ruedas de 20 pulgadas. 

Un comportamiento asombroso… Pero no llega al nivel estratosférico del Mercedes: una calidad de rodadura impresionante, con un aplomo pasmoso y, sobre todo, una suavidad y silencio en el interior inéditas. Y eso que en la medición de los decibelios han quedado a la par (72 dB a 200 km/h), pero la percepción subjetiva de absoluto relax es mayor dentro del Clase S 500. También la sensación de solidez es mayor que en el Audi Q7, lo que es decir mucho. 

En eso juega a favor del Mercedes su menor altura, y por tanto su menor exposición a las inercias. Por eso dentro de sientes completamente aislado de lo que sucede en el exterior, o del movimiento del coche. Disfrutar de semejante tranquilidad con un V12 bajo el capó es sin duda algo solo al alcance de unos pocos. Algo insuperable… Tal vez hasta que llegue el nuevo SUV de Bentley, el Bentayga. Veremos si entonces es también capaz de superarle en refinamiento puro.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.