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Prueba: Bentley Continental GT V8 vs Smart fortwo Cabrio

No, no nos hemos vuelto locos. Aunque este cara a cara del Bentley Continental GT V8 Convertible y el Smart fortwo Cabrio parezca una auténtica locura. De entrada te parecerá muy raro que enfrentemos a coches tan diferentes, pero si te fijas bien, te darás cuenta de que esta prueba no está tan descompensada como parece a primera vista...

Motorizaciones comparadas:

Probablemente pensarás que el calor nos ha dejado fritas las neuronas. Puede ser: pero gtracias a eso, te traemos una de las pruebas más originales y locas de la temporada. Bentley Continental GT V8 S Convertible Smart fortwo Cabrio.

1. En el día a día

Controlar el nivel de aceite es algo muy rutinario en un coche: subir el capó, sacar la varilla, limpiarla con una servilleta, volver a introducirla, sacarla de nuevo y comprobar el nivel. En el Bentley GTV8 S Convertible es también así, no en vano lleva el ocho cilindros de Audi. 

También es una maniobra relativamente sencilla rellenar el líquido de los limpiaparabrisas. Y ya está. Pero el redactor del Smart aún no ha terminado. En ese coche, la cosa se complica. El tres cilindros va alojado detrás, bajo una cubierta en la que hay que quitar previamente seis tornillos. ¿Y el líquido de los limpias? El depósito está delante, bajo el capó de plástico. Hay que dar a dos palancas, elevar el capó y tirar hacia delante. Queda claro que el Smart no lo pone tan fácil como su rival cuando se trata de mantenimiento básico. 

Bentley vs Smart: 1:0.

2. Depreciación

Nada mejor que ir al concesionario de coches Catagay Arat, un amigo de la casa que merece toda nuestra confianza. El Bentley cuesta, nuevo y en esta versión, unos 210.000. El Smart, con el equipamiento opcional de nuestra unidad de pruebas, unos 21.000. Los dos han recorrido en torno a los 5.000 kilómetros. 

"Por el Smart os daría ahora mismo unos 14.500 euros", nos dice. ¿Y por el Bentley? "Con ese color amarillo, no es un coche tan fácil de vender. Por eso no os daría más de 140.000 euros si quiero sacarle cierto margen". Has leído bien: 70.000 euros de depreciación en solo tres meses. Aunque en porcentaje, ambos están a la par. 

Bentley vs Smart: 1:1.

3. Sonido

Después de 30 minutos dándole al acelerador, los audímetros mide lo siguiente: el ruido exterior en el Smart es de 73,4 decibelios, en el caso del Bentley son 84,4. 

Pero aquí no solo cuenta el nivel de ruido, sino su calidad. Y tenemos que decir que el Bentley, con todo un V8, nos ha decepcionado un poco. Demasiado contenido y falto de chicha. 

Bentley vs Smart: 1:1.

4. Aceleración

Palanca del cambio automático en posición D, pie izquierdo al pedal del freno mientras el derecho va al acelerador. ¡Allá voy! El Bentley cubre el 0 a 100 km/h en 2,4 segundos con su V8 de doble turbo y 528 CV. La sensación es portentosa: me clavo en el respaldo mientras una sonrisa recorre mi cara. 

¿Y el Smart? Pues recurre a 90 CV de un tres cilindros de 900 cc, y hace el 0 a 100 km/h en 5,6 segundos. Es más de tres segundos más lento que el Bentley, pero tiene 438 CV menos. ¡No está nada mal!

Y hay que decir que su nuevo cambio de seis velocidades y doble embrague inserta sin pausas, muy rápido. Pero las cifras son las cifras.

Bentley vs Smart: 1:0.

5. Capota

Descapotar el Smart requiere cierto trabajo manual. En el Bentley, basta con pulsar la llave. Bastan 25 segundos para que la capota del británico está totalmente escondida. 

En el Smart la maniobra es algo distinta: apretar el botón de la consola central, y el techo de lona se retrae hasta el pilar C. Si aprieto otra vez, llega hasta atrás del todo, en el maletero. 12 segundos. Seguro que te preguntarás: ¿Y por qué gana aun así el Bentley? Pues porque para tener una experiencia cabrio al 100% debemos desmontar el marco del techo. Y eso es laborioso. Eso sí, una vez desmontado lo puedes guardar bajo el capó trasero.

Bentley vs Smart: 1:0.

7. Aparcar.

Empecemos dando un dato: el aparcamiento de un Bentley es como dos veces el de un Smart. 4,82 metros el británico, nada menos. Todo un transatlántico sobre ruedas. Otro dato: los huecos de aparcamiento en ciudad no deberían tener menos de seis metros, para garantizarte que no se rayará la carrocería del británico. 

Lo hemos llevado a la práctica, y ha quedado claro: donde podemos meter el Bentley, caben dos Smart. El peque mide 2,70 metros. Sin embargo, es 20 centímetros más largo que la primera generación, de modo que ya no podemos aparcarlo en batería en un aparcamiento en línea

Bentley vs Smart: 0:1

8. Factor atracción

El Bentley Continental GT V8 S Convertible, tal y como va equipado, llega sin despeinarse a los 210.000 euros. En el caso de esta unidad, no creemos que lleve el color más adecuado. Con todo, es un coche que otorga prestancia, y serás el centro de las miradas en todos los semáforos. Además, lleva un poderoso V8 bajo el capó, y pisar a fondo en autopista es toda una experiencia.

Pero no gana al Smart en encanto: es un cochecito de diseño con mucho estilo, que con 90 CV, la versión más básica, parte de poco más de 15.000 euros. Y además de tener mucho encanto y destacar entre el tráfico urbano, lo cierto es que es imbatible en ciudad.

Bentley vs Smart: 1:1

Puntuación total: 

Bentley: 6

Smart: 4

Conclusión:

El Bentley gana, pero no de forma holgada. Esto demuestra que este peculiar cara a cara no es tan descabellado, al menos si nos ceñimos a los puntos. Y que el pequeño utilitario quede tan cerca de un coche de lujo de más de 200.000 euros, dice mucho en su favor. ¡Bravo por el Smart! Por cierto, ¿buscas coches? Entra en nuestro recomendador y encuentra el tuyo rápidamente. 

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