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Al límite: BMW 435i/Ford Mustang Ecoboost/Nissan 370Z Nismo

Tres coupés, tres deportivos de calle. Un momento. ¿De calle? También tienen dotes para darlo todo un circuito. Lo comprobamos en Schsenring: BMW 435i vs Ford Mustang Ecoboost vs Nissan 370Z Nismo. ¡No te lo pierdas en nuestra galería!

Motorizaciones comparadas:

Por fin, en el garaje de la redacción de AUTOBILD, tenemos el Mustang de cuatro cilindros. Un coche que nos ha generado aún más expectación que le variante de V8. Por un ahorro de algo de más de 5.000 euros, el cliente de Ford renuncia a toda una bancada de cilindros y a la mitad del cubicaje. La pregunta es clara: ¿sigue siendo un auténtico Mustang, o se ha vuelto un tipo blando? Para responderla, lo enfrentamos a tres rivales de peso: BMW 435i y Nissan 370Z Nismo. 

Pero vayamos por partes: bajo su capó gira un motor turboalimentado Twin-Scroll con 2,3 litros, que arroja 371 CV y 432 Nm de par. No son malos valores, pero, ¿qué pasa con el sonido? Pues no es especialmente sobrecogedor, y en ocasiones se torna incluso ruidoso. Está la opción de reproducirlo artificialmente a través de los altavoces del sistema de audio. Demasiado impostado.

El seis cilindros en línea de 306 CV del BMW 435i lo hace mejor. Suena rabioso y sofisticado por su doble escape, como un deportivo clásico. Pero aquí se lleva la palma el Nissan 370Z Nismo: un V6 que borbotea y aúlla como lo que es: un V6 de 344 CV. Un placer para los oídos.

BMW 435i

El seis cilindros en línea del BMW, da la réplica al japonés y el americano de lo que es un deportivo impetuoso, al menos, en lo que se refiere al desarrollo de la fuerza. Ya casi desde las primeras vueltas entrega todo su par disponible, y en cuanto sube la aguja del cuentarrevoluciones aúlla como un salvaje. Aunque sobre el papel tiene menos caballos, los mantiene a raya en aceleraciones puras. 

En el circuito se rebela como un auténtico devoracurvas, proporcionando enormes dosis de diversión al volante. Eso sí, hacen falta manos consumadas, porque la zaga tiende al sobreviraje y eso se puede aprovechar para redondear los giros, pero si no lo controlas, puedes acabara en trompo. Al mismo tiempo, y es su principal defecto, el eje delantero tiende a subvirar en exceso cuando entras con fuerza en las curvas. En cualquier caso, avisa con tiempo y da bastante margen. En un par de vueltas ya le has cogido el truco. Pero eso no impide que haga el peor tiempo de los tres: 1:43,14 minutos.

Ford Mustang 2.3 Ecoboost

Tiene más potencia que el bávaro, pero su respuesta es más perezosa. En eso tiene que ver la configuración de su cambio automático. Aunque la sorpresa llega al lanzarnos al circuito: ni rastro de subviraje, tiene un ‘handling’ muy neutral y pasa por las curvas sin apenas balanceos. 

Solo apunta a algún sobreviraje cuando lo provocas a fondo. Incluso los frenos estándar, sin los discos Brembo de seis pistones, muestran una encomiable resistencia al calentamiento y detienen el coche con decisión y estabilidad ante cada giro. 

Llevarlo por el Sachsenring es un juego de niños. Tanto, que a veces el tacto es incluso un poco sintético, como si estuvieras a los mandos de un simulador. Esto se debe gracias a que el cuatro cilindros es un motor que rara vez podrá poner en apuros al chasis del Mustang, preparado para mucho más ímpetu. Aunque, en general, el Mustang no es un coche concebido para drifts salvajes, ni esta versión, ni el V8. Su tiempo por vuelta es el segundo mejor: 1:42,88 minutos.

Nissan 370Z Nismo

Y es que las cruzadas son el dominio del Nismo. Giro y contravolante, y la zaga responde de forma espectacular. Y si hablamos del mejor tiempo por vuelta, este es nuestro hombre, especialmente en esta variante radicalizada. El chasis roza la perfección. 

En cuanto las gomas cogen su temperatura óptima, el Nismo compone un grip elevadísimo y entra en las curvas con absoluta neutralidad, culminando en sobrevirajes perfectamente controlables. 

Y es que hay que reconocer que es el único de los tres que se siente en las manos como un deportivo de raza. Lo único que empaña la sensación general es el hecho de que tras unas pocas vueltas el tacto del pedal del freno se vuelva un poco más blando. Con todo, logra la mejor vuelta de la comparativa: 1:42,60 minutos.

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