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Regreso al futuro (o por qué los malos de los 80 eran libios)

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¿Quién no se acuerda de los malos de la peli Regreso al Futuro? Eran terroristas libios, unos señores que buscaban en una ridícula furgoneta VW T2 a Doc, coprotagonista del film, por haberles choriceado una caja de plutonio. "Querían que les hiciese una bomba, así que me quedé con su plutonio y les entregué una caja con piezas de máquinas del millón", decía el excéntrico científico loco al prota absoluto, Marty McFly. Y el diálogo parecía tan natural...

Yo crecí en los 80, en los últimos coletazos de la guerra fría. En esa época, todos los niños del cole sabíamos que los rusos siempre tenían la culpa de los males del mundo (qué ganas le teníamos al asqueroso boxeador soviético que luchaba contra Rocky); sabíamos que Japón existía porque jugábamos a hacer la grulla como en Karate Kid para impresionar a las chavalas (Goku, Oliver y Benji, Pokemon y compañía aún no habían nacido); y, por supuesto, no chocaba que los terroristas fueran libios, como en los 90 -primera guerra del Golfo- tenían que ser a la fuerza iraquíes y a partir de 2001, suicidas afganos de Al-Qaeda.

Fue en los 80 cuando Gadafi patrocinaba el terrorismo en terceros países bajo el pretexto de actuar como revolucionario contra el colonialismo, el imperialismo y todos los -ismos que no sonaran izquierdosos, sus enfrentamientos con EEUU y Reagan...  Pero luego, con el tiempo, occidente fue perdonándole sus pintas, su guardia personal de amazonas vírgenes, sus lujos y su constante desprecio por los derechos humanos. Era un freno más contra el creciente islamismo radical y, encima, tenía petróleo. Así que mejor tenerle como aliado y firmar buenos acuerdos económicos... 

Por eso, ahora que los libios -tristemente- vuelven a estar de moda, yo me sigo acordando de aquella trilogía de viajes en el tiempo, vuelvo mentalmente a aquellos años de infancia y veo que, lo único que no ha cambiado allí es ese señor raro y cruel llamado Gadafi, que, ni corto ni perezoso, decide bombardear a la población civil para sofocar cualquier protesta. ¿Volverá a ser el malo en las pelis del futuro?

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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