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País de 'sacacuartos'

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Tengo un Volkswagen Golf GTI MK1 de 1980. Es un coche majo, divertido de conducir y muy fiable. Sólo lo suelo utilizar para participar en los rallys de regularidad (quédate con esto: no son eventos deportivos y la velocidad media es inferior a 50 km/h). Hasta aquí, todo bien, ¿no? Pues hace unos meses decido invertir algo de dinero para mi propia seguridad -y la de mi ‘copi'- y empiezo a darle vueltas instalar unas barras de seis puntos, un par de bacquets y unos arneses. Así, puedo participar con mayores medidas de seguridad en los rallys de regularidad sport (con carretera cerrada al tráfico y una media de hasta 70 km/h) y si un día me caigo por un barranco pues la carrocería de mi coche de 30 años… resistirá mejor el golpe.

País de 'sacacuartos'

Pero todo cambia con la llegada del Real Decreto 866/2010 del 2 de julio del año pasado. Con él se modifica la reglamentación para las transformaciones realizadas a los vehículos ya matriculados y... si antes podía instalarle unas barras de seis puntos a mi coche de calle, ya no puedo hacerlo. Se acabó esa posibilidad.

Ahora tendría que homologarlo como vehículo de competición, lo que significa dos cosas: que sólo puedo utilizarlo los días que se celebre la competición, y que la Real Federación Española de Automovilismo es la encargada de emitirme el Certificado de Conformidad Técnica pagando… ¡400 euros + IVA! (en el que se reflejan las modificaciones que tiene el coche). Con este documento tengo que ir a la ITV (otros 35 euros como poco). Así que, si tu coche es un clásico… pues todos los años 507 euros. Por lo visto, están estudiando que se pase la inspección del Certificado de Conformidad Técnica cada dos años… Todavía no se sabe nada firme.

Así que, ¿la solución es sólo pagar? Pues no, porque los coches de regularidad tienen unas particularidades especiales. Muchas de las pruebas que hacemos son en carretera abierta y, como te he dicho antes, no se consideran eventos deportivos ya que la velocidad media es inferior a 50 km/h. Por eso, si me voy a Cantabria a disputar una prueba de este tipo y me para la Guardia Civil en mi Golf con sus barras, bacquets & Cia… pues me pueden inmovilizar el coche. Porque, estoy participando en un evento que no es una competición. Antes de la llegada el Real Decreto 866/2010, yo podía circular libremente con mi coche de carreras siempre que llevara un escape de serie -cosa que llevo- y que el conductor estuviera en posesión de la licencia de piloto (este tema da para otro post). Pero esto se ha acabado, así que… sólo quedan estas soluciones:

1. Dejar de participar en los rallys de regularidad con medias inferiores a 50 km/h.

2. Correr sólo en los de regularidad sport, homologar mi coche como vehículo de competición y pagar todos los años 507 euros de ITV y otros tanto en licencias.
3. Mantener el coche tal y como está, ya que la reglamentación 2011 de Regularidad Sport no obliga a la instalación de barras, bacquets y arneses.
4. Perder una bonita afición.

Al final, he decidido dejar el coche tal y como está. El Golf ya tiene amortiguación Bilstein, muelles deportivos (homologados), discos taladrados y rayados, pastillas Ferodo DS3000, latiguillos metálicos… Ahora lo voy a desmontar, mi amigo Rubén de Rusticar me va a sanear la carrocería, le voy a instalar unas barras de refuerzo de la suspensión (delantera inferior, superior y trasera), unas estabilizadoras más gruesas y los silenblocks PowerFlex, lo voy a homologar todo y veré la decisión que tomo el año que viene. Hasta que no se aclaren entre ellos, no voy a permitir que me saquen el dinero por la cara.

Foto: de mi buen amigo y gran aficionado a los cacharros: Miguel Ángel Vázquez!

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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