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Opinión: ¿es la velocidad tan peligrosa como cree la DGT?

¿Es la velocidad tan peligrosa como cree la DGT?

Alex Aguilar

Hora de parlamentar. Con calma y serenidad. Deja las armas sólo para el final...

Es muy probable que en más de una conversación con tus colegas más petrolhead haya salido el tema que trataremos en el artículo de hoy: ¿es la velocidad tan peligrosa como cree la DGT? ¿Es instalar 288 radares por kilómetro la solución al problema de la siniestralidad en carretera? Veamos... 

Cuando hace algunos días elaboramos una entrada con las carreteras españolas más peligrosas, dejamos lanzada una pregunta al aire que, como siempre, fue contestada por muchos de vosotros en las redes sociales: ¿es avisar sobre los puntos más críticos de nuestra red vial algo absurdo cuando lo que debería hacerse es eliminarlos? Como es lógico, toda la redacción está completamente de acuerdo... pero parece que tenemos unos cuantos ejemplos entre quienes mandan que no están del todo convencidos del asunto. 

Evidentemente, la velocidad juega un papel crucial a la hora de evaluar el riesgo al ponerse al volante, pero reducir las causas de la accidentalidad en nuestro país a un sólo culpable me parece simplista, peligroso e injusto. Y no lo digo por decir: creo que es simplista porque reduce la magnitud del problema de un modo drástico dejando su responsabilidad en manos de unos conductores que, en muchas ocasiones, no han tenido toda la culpa de darse un bofetón antológico; creo que es peligroso porque de ese modo no se pone el foco en otros factores verdaderamente importantes que juegan un papel fundamental en cualquier accidente... y me parece injusto porque criminaliza de modo indiscriminado a los conductores sin ir ni medio paso más allá a la hora de valorar lo sucedido. 

¿Es la velocidad tan peligrosa como cree la DGT? Sin duda... pero quizá sea necesario hacer una diferencia muy importante entre las dos velocidades que pueden dar lugar a un accidente: la excesiva y la inadecuada. La primera hace referencia a la que supera los límites establecidos y que, lógicamente, es peligrosa per sé; la segunda tiene que ver con aquellos momentos en los que, yendo dentro de la normativa, el ritmo del vehículo no se atiene a las condiciones de la vía, el conductor o el propio automóvil. ¿Adivinas cuál creemos que es más dañina? Pues sí, amigas y amigos. Y a la inadecuada sólo se le puede poner solución de un modo: impartiendo una mayor y más profunda formación vial a los conductores desde su infancia. 

Uno de los grandes problemas que tenemos en España a la hora de conducir un coche es la falta de destreza al volante que, unida a un sentimiento de excesiva confianza en nuestras propias aptitudes, puede dar lugar a situaciones tronchantes en sentido literal. El sistema de obtención del carné de conducir actual no funciona demasiado bien y, año tras año, queda demostrado que enseñar a circular a los nuevos conductores no es suficiente. ¿Por qué no se invierte más en formación? ¿Saber cómo circular en una rotonda -toda una proeza hoy en día- es suficiente como para poder colocarse a los mandos de un arma de destrucción de 1.000 kg? Saber enfrentarse a situaciones de potencial peligro es esencial... y para eso no vale leer por encima dos párrafos en un tema del libro por si cayera una pregunta de tipo test en el examen teórico. 

Y ahora, ataquemos a la tercera pata del problema: ¿reúnen nuestras carreteras las condiciones para ser consideradas de primer nivel? Por desgracia, ante esta pregunta cualquier conductor con algo de experiencia encima sólo puede emitir una lastimera carcajada... y eso no es ni medio normal: inaugurar una nueva autopista es algo fantástico que queda genial en la foto de portada del diario regional de la zona, pero muchas de ellas se diseñan mal desde el principio. Y mejor no hablemos del mantenimiento. 

¿Qué opinas tú? ¿Es la velocidad tan peligrosa como cree la DGT? Esperamos leer tus comentarios en las redes sociales. Date prisa: es posible que para cuando quieras expresar lo que piensas hayan instalado algún radar nuevo de los que más multan en España. O hayamos copiado la idea francesa de colocarlos en los vehículos particulares. Ah, qué europeos somos cuando nos apetece...

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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