¿El fin de los coches deportivos?

Una de las sensaciones que más me hacen vibrar en este mundo es el rugido de un motor atmosférico girando a 7.000 vueltas. Y uno de los coches que puede ofrecerme esto es el Honda Civic Type R. Desde su aparición en el mercado europeo, allá por el año 2001, siempre he esperado con impaciencia ponerme a sus mandos y exprimir su mecánica de 2.0 litros y 201 CV, que se entregan -¡ojo al dato!- a nada menos que 8.000 rpm.

Pues cuál es mi sorpresa (o más bien disgusto) cuando leo una noticia en la que se dice que dejará de venderse en algunos países del viejo continente debido a que no cumple la normativa de emisiones Euro 5. Pero ¿dónde vamos a llegar? Una de las razones por las que trabajo en AUTO BILD 4x4 como probador de coches es poder llevar modelos que me transmitan algo, que no me dejen indiferente, como el Type R. Sin ellos, la autenticidad de la conducción pierde muchos enteros. De hecho, creo firmemente que el día en el que sólo pueda probar esos sosos coches eléctricos que están ahora tan de moda dejaré este trabajo y me iré a mi pueblo, donde, por cierto, existe todavía tal cantidad de antiguallas que podrían acelerar el cambio climático por sí solas.

Todavía me queda la esperanza de que este Civic se seguirá comercializando en países con normativas contaminantes menos exigentes. Quizás la solución sea montar una revista de coches en algún lugar menos restrictivo, donde todavía se pueda disfrutar del placer de la conducción.