¡¿Automóviles borrachos?!

¿Te imaginas a un agente de la Guardia Civil de Tráfico haciéndole un control de alcoholemia al coche en lugar de al conductor? "Su vehículo ha superado los 0,25 mg/l por aire espirado". "Miré usted señor agente, últimamente no sé qué le pasa, pero le da mucho al whisky. Debe ser que ya no aguanta los atascos matutinos…"

Bromas aparte, un grupo de científicos de la universidad de Napier (Edimburgo, Escocia) dirigidos por el profesor Martin Tangney ha descubierto que los desechos refinados que se producen en la fabricación de esta bebida sirven para fabricar un biocombustible denominado biobutanol. Una de sus principales ventajas es que puede ser usado en cualquier automóvil de gasolina sin necesidad de modificar el motor. Además, los escoceses tienen otro motivo para estar orgullosos de su bebida más típica: el biobutanol genera un 30% más de potencia que el etanol.

 
‘"Es una opción más compatible con la defensa del medio ambiente y que aprovecha una de las mayores industrias escocesas", señala Tangney. Quizás el científico británico tiene en su cabeza la idea de convertir Escocia en un estado rico a la manera de los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), pero utilizando esta bebida alcohólica en lugar del crudo. Supongo que, si el uso de esta fuente de energía llega extenderse, a los escoceses no les importará mucho beber un poco más para conseguir el volumen de desechos necesario.

Bajo mi punto de vista, muchas de estas iniciativas (no todas) se quedan en meras anécdotas, y tan sólo sirven para rellenar de contenido las secciones de noticias curiosas.