Tres consejos fundamentales para conservar la batería en invierno

Pocas maneras hay peores de empezar el día que ir a primera hora de la mañana bajo un frío glaciar y, al ir a dar el contacto en el coche o en la moto, que esté “muerto”. Para que no te pase, te damos tres consejos fundamentales para conservar la batería en invierno.

Mueve el coche (o al menos enciéndelo)

Lo mejor para que la batería esté en forma es que haga “ejercicio”. El mejor remedio es evitar la inactividad, moviendo el coche para que todo siga funcionando. Ahora bien, no vale cualquier tipo de paseo y algunos pueden ser hasta contraproducentes.

Hay que evitar los desplazamientos muy cortos, puesto que en ellos el alternador no tiene tiempo de recuperar la energía que hay utilizado para poner el vehículo en marcha, así que la batería se descarga.

De la misma manera, si por lo que sea no puedes mover el vehículo (porque este rodeado de nieve), si es buena idea ir de cuando en cuando a arrancar el motor y dejarlo un rato así para que caliente todo el sistema. Eso sí, estar arrancando y parando todo el rato es contraproducente.

Resguarda el vehículo del frío y del agua

Las inclemencias meteorológicas son unas de las mayores enemigas de la batería de tu coche durante el invierno, así que deberías hacer todo lo posible para proteger tu vehículo de ellas.

Para evitar las bajadas de temperatura extremas la opción ideal es meter el automóvil o la motocicleta en un garaje, puesto que nunca hará tanto frío como en medio de la calle y, además, también le resguardará del agua.

¿Cómo recargar la batería de un coche?

Si no es viable siempre hay métodos más caseros como utilizar una funda o incluso colocar algún tipo de manta dentro del vano motor, que ayude a proteger algo más los diversos elementos que van ahí.

El agua también puede llegar a ser un incordio considerable, pues puede ensuciar los conectores que hay en el acumulador, se pierda el contacto y no se recargue la batería. Ojo con eso.

Limpia los bornes

Los bornes de la batería son un elemento muy sensible de la misma, puesto que son los encargados de hacer contacto, pero pueden llegar a sulfatarse, creando una capa de óxido que impide el correcto paso de la electricidad.

En esta situación basta con limpiarlos, algo que conviene hacer con un trapo o cepillo hecho de un material que no sea conductor, para evitar posibles descargas.