Reparte con estilo gracias a esta Ford F-1 de 1951
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Todos tenemos un origen, un punto del que venimos, un comienzo sin el que nada de lo que somos sería posible. Aunque cueste imaginarlo, el punto de partida de la todopoderosa Ford F-150 Raptor es esta furgoneta de los años 50, una Ford F-1 de 1951, la variante más común y básica de las Ford F-Series originales. Esta, en concreto, cuenta con la peculiaridad de ser de carrocería cerrada (en aquella época las más vendidas eran las pick-up), lo que seguramente le ayude a subir su precio cuando salga a subasta el próximo mes en Connecticut.
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Tras más de medio siglo de vida, su impecable estado se debe a un importante trabajo de restauración pero que, eso sí, ha conservado todas las piezas originales del modelo. El inmaculado rojo pastel que luce es el mismo que vio la luz al salir de la fábrica, los numerosos elementos cromados le añaden vistosidad y el tono pastel del paragolpes aporta su punto. Además, repetir dicha combinación en los tapacubos y los neumáticos no hace si no añadir un aire todavía más retro a la furgoneta.
El habitáculo no podría ser más parco en detalles, pero tiene su encanto: dos asientos tapizados en cuero granate que casi podrían considerarse sillones, sin cinturón, claro está; un fino volante de tres radios, dos contadores redondos con el marco cromado, una radio y un sistema de calefacción (ambos originales), y en la considerablemente grande superficie de carga, un suelo hecho de madera. Por conservar, conserva hasta la mecánica original, un motor 5.5 V8 de 145 CV de potencia que era el superior de la gama (en su día también se ofrecían otros bloques más pequeños de seis cilindros) y que va asociado a una caja de cambios manual de solo tres velocidades.
Fuente: Barrett-Jackson.
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