Radares de puente de la DGT: así funcionan

Saltarse los límites de velocidad es una de las infracciones más recurrentes en las carreteras españolas y la Dirección General de Tráfico (DGT) actúa en consecuencia. ¿Cómo? Controlando el ritmo al que circulamos con dispositivos fijos y móviles, en estático, en marcha, con cinemómetros de velocidad media y velocidad instantánea, con o sin operador, instalados en distintas ubicaciones… El despliegue es considerable, pero hoy vamos a centrarnos en cómo funcionan los radares de puente de la DGT.

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Los puentes y las instalaciones sobre la vía son dos de las ubicaciones que juegan a favor de los radares porque les ayudan a pasar desapercibidos aprovechando al máximo el factor sorpresa. Bien es cierto que los sistemas ubicados en los pórticos de autovías y autopistas cuentan con un aviso previo, pero no ocurre lo mismo con los de los puentes puesto que éstos son móviles.

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La DGT no está obligada a señalizarlos para que los conductores no los detecten fácilmente y además el escenario es propicio para su instalación: suelen estar ubicados en largas rectas, el infractor no tiene visibilidad y, además, pueden aprovechar las zonas en las que hay un cambio de limitación en la velocidad máxima. La combinación perfecta.

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¿Cómo funcionan los radares de puente?

Como os comentábamos antes, son cinemómetros móviles así que el resumen básico de su funcionamiento es el siguiente: emite unas ondas que recibe rebotadas, las compara, mide las pulsaciones de la onda y determina la velocidad a la que circula el coche.

Para poder captar esas ondas y llevar a cabo todo este proceso, su configuración gira en torno al efecto Doppler: el radar envía una señal al vehículo y éste se la devuelve. Si vamos más rápido de lo permitido, mandaremos ondas con muy poca frecuencia, el radar detectará que vamos a una velocidad más alta de la establecida y hará una fotografía para registrar la infracción.

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Si se trata de un Velolaser, emitirá un haz en el que el pulso de luz es de 33 MHz y 904 nm de longitud de onda. Igual que en el caso anterior, se reflejará en el coche y regresará: conociendo los intervalos de esos pulsos y su velocidad de ida y vuelta, se calcula a cuánto va el coche.

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¿Qué distancia cubren los radares de puente?

Su rango de actuación dependerá del lugar en el que estén ubicados: si el radar ha sido instalado sobre la vía, las cámaras suelen tener un ángulo de 45 grados y son los que menos distancia acaparan. Si está colocado en un trípode puede alcanzar entre 70 y 80 metros porque el ángulo suele ser de 22 grados.

Los que se manejan apuntando a los vehículos pueden cubrir desde 40 hasta 150 metros, aunque en modo automático se establece una distancia de 70 metros. Y, por último, si el radar de puente está en el coche de los agentes el ángulo estaría entre los 22 y los 45 grados alcanzando, como máximo, los 80 metros.