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Presumir de cochazo no siempre acaba bien...

Presumir de cochazo no siempre acaba bien...
Hay ocasiones en las que sí, pero presumir de cochazo no siempre acaba bien. La prueba nos llega desde Singapur donde un joven de 18 años pretendía poner verdes de envidia a quienes le veían acelerar con su Nissan GT-R, pero terminó empotrado contra un Toyota Corolla que circulaba tranquilamente.

Comprobado: presumir de cochazo no siempre acaba bien...

Lo cierto es que al empezar a escribir esta noticia me ha venido a la cabeza el curso de conducción de deportivos que la FIA pone al alcance de los futbolistas. Lo hacen convencidos de que su juventud (entendida como inexperiencia al volante) y sus abultadas cuentas corrientes hacen que, en ocasiones, chavales demasiado jóvenes se pongan al volante de coches excesivamente potentes sin tener la pericia necesaria para conducirlos.

Desconocemos cuáles son los resultados y si están consiguiendo evitar algún accidente, pero si es así deberían iniciar una campaña para que todo aquél que no sea lo suficientemente experimentado y compre un cochazo reciba un curso.

Pero en este curso no sólo deberían aprender a manejar los caballos, también a tener sentido común que es lo que le falta al protagonista de este vídeo.

El joven conductor tiene 18 años y se pone al volante de su Nissan GT-R para demostrar lo bien que acelera. Como escenario elige una calle recta, con poco tráfico, pero no cuenta con que al final de la misma hay una intersección por la que pasan coches.

La mala suerte es para el conductor del Toyota Corolla que 'sin comerlo ni beberlo' se ve envuelto en el terrible accidente que puedes ver en este enlace.

La buena noticia: no hay que lamentar heridos aunque sí daños materiales de bastante gravedad.

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