El precio del petróleo baja a como antes de la guerra, ¿y la gasolina?

El precio del petróleo ha bajado a cifras anteriores a la guerra entre Rusia y Ucrania. Concretamente, el barril de Brent ha caído un 30%, hasta unos 85 dólares, valores que no se veían desde enero. Pero ¿qué pasa con la gasolina?

La menor demanda, por un lado, y el temor a una recesión, por otro, están detrás de la caída del precio del petróleo, a lo que hay que añadir la mayor apreciación del dólar, moneda en la que se negocia el crudo, lo que encarece indirectamente su precio en países con otras divisas.

Sin embargo, el precio del diésel y la gasolina no ha bajado al mismo ritmo que el petróleo, hasta valores anteriores a la guerra en Ucrania. Algo que, por otra parte, tampoco sorprende a nadie, ya que es conocido por todos la teoría del efecto del cohete y la pluma. 

Mientras el petróleo ha caído un 30%, los carburantes solo lo han hecho entre el 15 y el 20%. ¿Por qué?

El precio del petróleo baja a como antes de la guerra, ¿y la gasolina?

La explicación hay que encontrarla en la cadena de procesos, desde que se extrae el petróleo y su posterior transporte, refino… hasta su venta. Durante ese proceso, el precio de los combustibles aumenta notablemente, debido al incremento de los costes. Sin embargo, tardan mucho en ajustarse cuando el precio del crudo cae en los mercados internacionales. 

En estos momentos, el precio de la gasolina se sitúa en torno a los 1,70 euros, mientras que el diésel está en unos 1,80 euros. Esto supone un descenso del 20% en el caso de la gasolina y un 15% en el caso del diésel. A estos precios hay que restar el descuento d ellos 20 céntimos del Gobierno. 

El precio de la gasolina está muy lejos de su máximo histórico, que fue de 2,152 euros/litro, aunque sigue siendo un 12% más cara que antes de la guerra. En cambio, como decimos, el petróleo se vende a precios anteriores del conflicto armado. 

El diésel baja menos

El diésel solo ha bajado un 15%, frente al 20% de la gasolina, de manera que el litro de gasóleo sigue estando más caro que el de la gasolina en el surtidor. Esto ocurre por varios factores, como ya te hemos contado anteriormente.

El primero de ellos tiene que ver con el gas. En los últimos meses la cotización del gas se ha multiplicado por diez y esto tiene un impacto importante en la obtención del diésel, ya que el gas es clave en el proceso de destilación del petróleo para obtener el hidrocarburo. 

Hace falta más gas para obtener diésel que gasolina, lo cual repercute en el precio final que vemos reflejado en el surtidor.

Por otro lado, la escalada de precios de los últimos meses y la necesidad de preservar las reservas de gas natural de cara al invierno que se avecina ha hecho que muchas plantas de generación eléctrica e industrias estén sustituyendo ese combustible por el diésel. Es decir, la demanda de diésel se ha disparado y, con ello, los precios. 

Y, por supuesto, a todo esto hay que añadir los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania. Europa exporta gasolina, pero, en cambio, necesita mucho más diésel del que puede producir. 

El problema es que más de un tercio de ese combustible llega desde Rusia, pero la Unión Europea ya ha anunciado que, a partir de febrero, dejará de comprar productos derivados del petróleo, entre ellos, el gasóleo, a ese país. Esto provoca que los precios del diésel se disparen. 

Cuando Europa deje de comprar barriles de diésel a Rusia, tendrá que comprarlos a otros países, como Estados Unidos, Arabia Saudí o la India, eso sí, a un precio más caro, lo cual tendrá su efecto en el surtidor.