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La pesadilla de las marcas para poner nombre a los coches

La pesadilla de las marcas para poner nombre a los coches
Con 800.000 denominaciones ya patentadas para todo el mundo, la pesadilla de las marcas para poner nombre a los coches va en aumento. Sobre todo, por la necesidad de que tengan un sentido en todo el mundo.

La web especializada en información del sector del automóvil, Autonews, acaba de revelar que ya hay nada menos que 800.000 denominaciones patentadas para modelos de coche por los fabricantes. Esto hará que la pesadilla de las marcas para poner nombre a los coches vaya en aumento en los próximos años; sobre todo, porque existe un imperativo: que la palabra escogida tenga un sentido positivo en todo el planeta (o, al menos, que no suene mal).

La pesadilla de las marcas para poner nombre a los coches

Ejemplos de esto último hay a raudales, como puedes ver en la imagen de arriba, el Mitsubishi Pajero es uno de los modelos emblemáticos de la marca japonesa, que por razones obvias tuvo que cambiar su apelativo en España al de Mitsubishi Montero. Poner nombre a los coches parece fácil, pero puede resultar que el Nissan Moco sea una denominación fresca, simpática y divertida dentro de Japón y, al menos en los países donde se habla español, suene bastante peor.

Así, según parece, solo quedan unas pocas palabras disponibles para las marcas para poner nombre a los coches que saquen de ahora en adelante, dado que desde que muchos modelos son lanzados con campañas de marketing globales, resulta mucho más conveniente que tengan la misma denominación en todo el mundo. Además, está la limitación de que algunos fabricantes utilizan sus propias nomenclaturas, como sucede con Peugeot, que agotó en los años 80 el camino que habría de iniciar en los 90 al llamar a sus compactos sucesivamente 306, el 307 y el 308, según esta idea, el siguiente debería ser el Peugeot 309, pero claro, ese es un modelo que ya lanzó en 1985 y, según parece, no tiene intención de reeditar ese nombre.  

Sin embargo, a la hora de poner nombre a los coches, hay a quien no le importa resucitar a uno con solera. Después de que GM denunciara que en 1985 había solamente 75.000 palabras registradas para este uso y que gastara millones de euros en promocionar su nueva saga de modelos pequeños llamados Sonic, Spark y Cruze, la marca decidió llamar a la nueva berlina que lanzará al mercado americano en 2014 Chevrolet Impala.

El Impala es un modelo que subsistió en Chevrolet desde 1957 hasta bien entrados los 70. Lo mismo hizo recientemente Fiat-Chrysler al escoger el nombre de Dodge Dart para la versión americana del Alfa Romeo Giulietta. Seguro que más de un conductor del Dart original habrá considerado esta idea poco menos que un sacrilegio, sin embargo, la reedición de nombres clásicos y, sobre todo, la continuación de los que se utilizan en las gamas actuales es algo que tiene mucho sentido. El motivo principal es el económico, ya que si un fabricante gasta de media unos 73 millones de euros en campañas de marketing y publicidad cuando lanza un nuevo modelo al mercado, si este además tiene un nombre completamente nuevo, la inversión puede irse hasta más allá de los 150 millones de euros.

Por cierto, y hablando de publicidad, sabido es que las marcas de coches invierten millones en anuncios, y algunas de sus mejores obras se exponen en la final de la Superbowl. Te dejamos aquí:

- Los anuncios de coches de la Superbowl 2013.

- Los anuncios de coches de la Superbowl 2012.

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