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Operación 1.600 km/h: el coche más veloz del mundo

Bloodhound SSC Operación 1600 kmh
En el largo camino hacia un nuevo récord mundial de velocidad, el británico Bloodhound Super Sonic Car ha superado su primer test. AUTO BILD ha estado allí.

Diez años de trabajo para 10 segundos de éxito. Tanto esfuerzo para una recompensa tan efímera... si es que la hay. En el aeropuerto regional de Newquay (Inglaterra), persiste la neblina. Como si se la hubiese traído consigo el que posiblemente sea el coche más veloz del mundo. El Bloodhound Super Sonic Car (Perro de presa supersónico) se ve nuevo, aunque tiene ya una década a sus espaldas. Hoy rodará por primera vez a cielo abierto, en la pista de despegue. Debe acelerar dos veces hasta unos 336 km/h, con el motor a reacción de un caza militar. 

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Por tanto, es un test de poca velocidad, pues 336 km/h es una minucia viendo el reto al que se enfrenta: en 2019, el Bloodhound deberá superar el récord de velocidad de un vehículo terrestre, que en 1997 se estableció en 1.228 km/h. Y no sólo eso. Después, este monstruo de 13,5 metros de largo deberá ser el primer vehículo que sobrepase la barrera de las mil millas (unos 1.680 km/h). Una marca apenas imaginable. 

Vídeo: Bloodhound SSC: récord de velocidad en octubre de 2017:

Andy Green sí que se lo imagina. Pero que muy bien. Este piloto de cazas de la Royal Air Force, de 55 años, también parece un personaje de ciencia ficción, cual superhéroe de cómic. Los rasgos de su cara, las frases que dice... Este oficial tiene una mirada transparente y es quien estableció la plusmarca actual, de 1997, en un Trust SSC, y sabe por tanto lo que es rodar a velocidad supersónica. Algo que no es capaz de dejar en shock a este hombre, aunque su apodo sea Dead Dog (Perro muerto).

 "Qué bonito volveros a ver", dice Green a nuestro compañero de AUTO BILD, que ya estuvo hace cinco años junto al Bloodhound. En aquel momento, ese coche era apenas un envoltorio de carbono. Y una promesa: en 2016 iba a batir el récord mundial de velocidad en el desierto de Sudáfrica... Pero el tiempo juega malas pasadas: los costes se dispararon y los patrocinadores crecieron a un ritmo mucho más lento de lo esperado. Al principio, este proyecto llamado 'Operation 1600' partía con 13 millones de euros de inversión. Actualmente,el jefe de Finanzas Honeyman habla de 60 millones de euros. 

Bloodhound SSC Operación 1600 kmh

"Sí, aquí estamos hablando de un asunto de prestigio nacional", dice Andy Green. Ningún país ha ostentado, desde 1898, el récord de velocidad tantas veces como el británico. Eso sí, con ayuda de otros países como, por ejemplo, Alemania, porque las ruedas están fabricadas por Fuchs. Sí, como las míticas del Porsche 911. Tienen 91 centímetros de diámetro y cada una cuesta 11.000 euros. Sin neumáticos, pues en su lugar solamente está la arena del desierto. 

Hoy se va a testar sobre asfalto, de modo que lleva las cubiertas de un avión de combate. Y es que, en realidad, estamos ante medio coche. Falta el cohete, que se enciende a partir de 480 km/h. Tampoco está aún el motor V8 de Jaguar: su misión será bombear, cada segundo, 43 litros de peróxido de hidrógeno al cohete. Otros elementos que hoy no son necesarios: cubrerruedas, timones de aire en la zaga, flaps y paracaídas de frenada. En lugar de las 7,1 toneladas originales, el Bloodhound pesa hoy 5,5. Y en vez de 135.000 CV, por el momento solamente tiene 60.000 CV.

Bloodhound SSC Operación 1600 kmh

Con todo, el medio Bloodhound disponible ya debería poder alcanzar los 1.000 km/h. A las 13.00 h en punto, el aeropuerto bloquea la pista de despegue para poder realizar las dos pruebas. Andy ya está encajado en el estrechísimo habitáculo, el monocasco más seguro jamás construido. Frente a él, docenas de mandos, palancas e indicadores digitales, para ser usados en un tiempo recomendado de algunos milisegundos.

Entonces, se enciende el motor del jet. El asfalto vibra. Green rueda a la línea de salida. Richard Noble, jefe de Equipo y poseedor del récord antes que Green, conducirá luego el Bloodhound por primera vez después de diez años. 

Bloodhound SSC Operación 1600 kmh

Lo que sucedió en los 10 segundos siguientes lo describiría luego Green así: "En cuanto el motor se enciende, mi asistente Jess Kinsmann me anuncia por radio que tengo vía libre. Es la única persona a la que se le permite hablar conmigo en esta fase. Entonces, piso el acelerador, pero mantengo el pie izquierdo un par de segundos sobre el freno para llevar los discos de carbono a la temperatura óptima de 300 grados. Ahora sí: el Bloodhound rueda, dos segundos después, a 100 km/h. A los 125 se activa la combustión retardada. En unos cinco segundos he alcanzado los 210 km/h. Sobre mí actúa una fuerza de 1,5 G, esto es, una vez y media el peso de mi cuerpo, pero es soportable. Y tampoco voy a una velocidad muy elevada. 

Tengo que levantar el pie del acelerador, porque el coche sigue acelerando. En el primer test, he sobrepasado el perfecto punto de tiempo en 0,2 segundos, de modo que el coche iba al final un poco más rápido de lo que yo quería, esto es, a 336 km/h en lugar de 328. En ese punto, piso el pedal del freno a fondo. En el momento de establecer el récord, se activarán también los flaps. Entonces mi cuerpo se somete a una fuerza de 6 G. Muchos otros se desmayarían en una situación así".

Vídeo: así es el Bloodhound SSC:

A 100 metros de la línea de salida, aún rebota el estruendo en tus oídos, y notas el hormigueo en la tripa, que inevitablemente desencadena esta primera prueba. ¿Cómo será entonces cuando llegue la hora de la verdad en el norte de Sudáfrica? Allí, cientos de personas de los pueblos cercanos, a ocho dólares la hora y durante 120 días, han recogido 6.000 toneladas de piedras, hasta que la pista de 19 kilómetros de largo y cinco de ancho ha quedado tan lisa como una mesa de billar. Ahora esperan a que finalmente llegue el coche más rápido del mundo. Como tarde, deberá ser en otoño de este año. En ese momento, los 80 miembros del equipo Bloodhound irán a su primer test de alta velocidad, incluido el cohete; el Bloodhound SSC deberá ser más rápido que el disparo de una Magnum 357. 

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"Como mucho, 15 metros", responde Green cuando un niño le pregunta hasta dónde ve desde el ventanuco del cockpit. "Para recorrerlos, el coche, a tope de velocidad, sólo necesita 0,034 segundos". 
El chaval, que había ido a Newqay con su padre, se queda con la boca totalmente abierta. Y eso es justo lo que Green, Noble y todo el equipo pretenden: sorprender a las generaciones venideras. De hecho, más de 60.000 escolares habrán ido a ver al Bloodhound cuando finalice la hazaña, se puede considerar todo un proyecto de formación. 

"Este es el mayor sentido de lo que hacemos: responder a los niños cuando nos preguntan cómo funciona", recalca Green.

Bloodhound SSC Operación 1600 kmh

Entrevista Andy Green: “Levanté el pie del acelerador 0,2 segundos más tarde de lo que quise”

AUTO BILD: ¿Un test a 336 km/h es un paseo?

Green: "Algo más que eso. Es la confirmación de que tenemos el mejor coche para superar el récord. Ninguna simulación de ordenador supera la conducción de hoy in situ".

¿Por tanto, no le ha dado ninguna sorpresa el Bloodhound SSC?

Green: Sí, sí. El freno de carbono delantero izquierdo ha empezado a arder, pero no ha sido un problema: están preparados para soportar los mayores esfuerzos. Más importante es que el chasis, la suspensión y la dirección han funcionado incluso mejor de lo esperado.

¿Un test perfecto, por tanto?

Green: No del todo. Yo quería correr a exactamente 205 millas por hora, esto es, a 328 km/h. Pero he levantado el pie del freno 0,2 segundos tarde. Por eso al final he alcanzado las 210 mph. Tengo que ser más preciso en eso.

Cuando el Bloodhound intente batir el récord mundial de velocidad en 2019, usted tendrá 57 años. ¿No será un problema?

Green: No. Como piloto de cazas, físicamente llevo desde hace muchos años acostumbrado a aceleraciones y frenadas radicales. Y sigo haciendo mi sesión de ejercicios diaria.

¿Y qué viene después del récord del mundo?

Green: Alguien llegará e intentará batirlo de nuevo. Es así desde hace 120 años.

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