Multas de 30.000 euros a cada coche que emita más
La Unión Europea multará con 30.000 euros a cada coche que contamine más de lo debido. Pero tranquilo, porque aunque los controles se harán con vehículos en circulación en caso de detectar emisiones superiores a las indicadas en la hoja de homologación el encargado de pagar la multa será el fabricante.
Con esta nueva norma (que todavía debe ser aprobada por el Parlamento Europeo), Bruselas quiere endurecer los controles de emisiones de los vehículos en circulación.
A día de hoy solo se hacen pruebas previas a la comercialización; algo que el escándalo Dieselgate ha dejado claro que es del todo insuficiente.
“Dos años después del escándalo, seguimos oyendo acusaciones, revelaciones e investigaciones. Es hora de que tengamos un sistema de homologación creíble y a prueba de fraudes”, señaló la comisaria europea de Mercado Interior e Industria, Elzbieta Bienkowska.
Los controles previos son pruebas que se realizan en laboratorio y a tenor de los resultados que muestran tests hechos una vez que los coches están en la calle, suelen diferir de media en un 30% respecto del nivel de emisiones de los vehículos en situación de conducción real.
Para evitar este salto, la Comisión Europea podrá realizar sus propios controles e imponer multas de 30.000 euros a los coches cuyas emisiones superen los límites legalmente establecidos.
La norma establece que cada país tendrá que comprobar las emisiones de uno de cada 50.000 vehículos en circulación. La cifra para muchos es demasidado pequeña y poco representativa porque en el caso de España, por ejemplo, supone someter a controles a 29 coches al año.
Toca ahora que la idea se verifique en el Parlamento donde parece que quieren endurecer el número de controles y elevarlo a un 20% delos vehículos en circulación.
VÍDEO: Este coche puede estar tranquilo de que no será multado
Cambios en las tasas de homologación
Desde Bruselas se ha pedido también un cambio en el sistema de retribución de los controles técnicos de homologación.
Ahora, los fabricantes pagan directamente a los servicios encargados de verificar el nivel de emisiones previamente a la puesta en circulación del vehículo. Bruselas considera que esa relación comercial se presta a un conflicto de interés porque los servicios técnicos podrían suavizar los controles o hacer la vista gorda para no perder a sus clientes.
La nueva norma obligará a los Estados a imponer a los fabricantes una tasa de homologación, cuyos ingresos se destinarán a retribuir a los servicios técnicos encargados de la homologación.
La CE confía en que esa financiación indirecta rompa los vínculos comerciales entre empresas de homologación y fabricantes de automóviles.
Fuente: Cinco Días
Descubre más sobre Noelia López, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.