Una maestra recorre a diario 200 kilómetros haciendo autostop

Tarda dos horas de ida y otras tantas de vuelta.
El mundo está lleno de historias curiosas y gracias a internet tenemos la oportunidad de conocerlas. La que os traemos hoy es una oda a la dedicación, pues trata sobre una maestra que, sin coche, tiene que hacer 200 kilómetros diarios para dar clase a sus alumnos. ¿Cómo lo consigue? Haciendo autostop.
Su nombre es María Domínguez, tiene 29 años y vive en Uruguay. Es profesora en un pequeño centro rural, Paso de la Cruz del Yí, en el que solo tiene dos alumnos: Juliana, de 4 años, y a Benjamín, de 9. Además, éste se encuentra a nada menos que 108 kilómetros de su casa.
Aunque es bastante distancia, sería algo relativamente fácil de hacer con un vehículo propio, pero María no tiene, solo cuenta con una pequeña moto con la que señala que sería inviable hacer todo el recorrido, pero que le sirve para hacer la primera etapa de la odisea que lleva a cabo cada día.
Todo empieza en su casa, con una moto que no es suya, si no de su pareja, que no la necesita en el día a día y se la deja. Con ella realiza un primer tramo hasta llegar a una estación de servicio en la que espera a una compañera, Noelia, que trabaja en otra escuela rural cercana.
Allí comienza la primera fase de autostop, en al que cuando las recogen emprenden un viaje de 31 kilómetros hacia el este. Terminan en San Gabriel, un pequeño pueblo por el que pasa la segunda ruta que han de tomar.
La segunda etapa es en dirección norte, con otros 63 kilómetros por delante. Si hay suerte, el segundo chófer la lleva hacia su destino, si no, éste se desvía antes y ella tiene que volver a pararse en la carretera hasta que la recoja una tercera persona.
Tras aproximadamente 40 minutos de recorrido llega a su objetivo, una hacienda llamada Jazmín en la que no termina la aventura, si no que se encuentra con su propia moto, de baja cilindrada y que le regalaron cuando cumplió los 15 años.
Con ella recorre los 13 kilómetros finales que la separan de la escuela. Hacer el recorrido completo le supone casi dos horas de ida y otras dos de vuelta, algo que hace cada día. La conexión en autobús es casi peor y admite que, si tuviera coche, no tendría dinero para pagar el combustible necesario para recorrer tantos kilómetros a diario.
Fuente: BBC
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