Koenigsegg casi instala un motor Subaru en su primer coche
Probablemente no sepas que Koenigsegg casi instala un motor Subaru en su primer coche. Incluso puede que sea la primera vez que lees que Subaru desarrolló un motor bóxer de 12 cilindros para la Fórmula 1. El fabricante japonés participó como proveedor de motores para la máxima competición automotriz, y Koenigsegg se fijó en su motor y decidió que era posible instalarlo en su primer coche.
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Según un vídeo publicado por Drivetribe que recoge toda esta información, Koenigsegg se fijó en un motor bóxer de Subaru que la compañía estaba empleando para abastecer al equipo Coloni de Fórmula 1. La unidad en cuestión era un bloque bóxer de doce cilindros y 3.5 litros de capacidad con la denominación 1235. El motor no resultó ser lo suficientemente fiable para la F1 y no encajaba muy bien con los estándares de los monoplazas debido a su excesiva anchura, lo que lo hacía incompatible con los túneles de viento.
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Koenigsegg casi instala un motor Subaru en su primer coche
Entre 1989 y 1990, Subaru trabajó para crear un motor que fuera lo suficientemente competitivo para la máxima competición. Su concepción no fue del todo apta para la F1 y, tras una breve temporada en el Campeonato del Mundo de Sportscar, donde tampoco tuvo gran éxito, el motor fue descartado y el proyecto se liquidó. Sin embargo, Koenigsegg había visto algo en este motor que lo hacía factible de ser la base de su primer superdeportivo.
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Christian von Koenigsegg decidió comprar los derechos de desarrollo del motor de Subaru. Con un incremento de cilindrada hasta los 3.8 litros, el bloque alcanzó una potencia de 588 CV y se integró en el prototipo CC original de Koenigsegg. “Todo el bloque del motor estaba debajo del centro del eje trasero, lo que nos dio un centro de gravedad super bajo”, dijo von Koenigsegg.
Sin embargo, el motor de Subaru tenía limitaciones y solo podía soportar una potencia de 750 CV. Se tomó la decisión de no continuar con su producción y dar el paso a los motores modulares V8 de Ford. Finalmente, la compañía sueca desarrolla sus propios motores, enormes V8 biturbo con una cilindrada de 5.0 litros que son capaces de ofrecer hasta 1.600 CV de potencia en su último modelo, el Koenigsegg Jesko.
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