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El Grupo PUNCH presenta su tecnología de hidrógeno caliente como la 'salvación' de Nissan Barcelona

PUNCH pick up

Tremenda sorpresa la que nos aguardaba ayer en Barcelona. El Grupo PUNCH, presentaba una innovadora pick up de hidrógeno que resultó ser mucho más que eso: podría ser la salvación de las instalaciones de Nissan en Barcelona y, sobre todo, de sus trabajadores.

Desde la sede de la compañía, en Bélgica, y hasta la ciudad condal viajaron el CEO del Grupo PUNCH, Guido Dumarey; el responsable del proyecto PUNCH Barcelona, Andy Palmer; y el responsable de motores del grupo, Gianmarco Boretto. También el director comercial y de marketing, Oliver Nass; el cto del grupo, Pierpaolo Antonioli; y el responsable de desarrollo, Marc Maes.

Tal despliegue hacía presagiar que algo importante tenían que contar; y así ha sido. PUNCH quiere entrar en la pugna por reindustrializar las instalaciones de Nissan en Barcelona una vez que la compañía cierre sus plantas y tiene un sólido proyecto para conseguirlo. Si su propuesta es la elegida, aprovechará las instalaciones, trabajadores y logística de las tres plantas de Nissan (Zona Franca, Sant Andreu y Montcada) para fabricar 75.678 vehículos de combustión interna de hidrógeno en 2030. Además, calcula que generará 2000 puestos directos y mantendrá la red actual de proveedores locales con una inversión de 650 millones de euros hasta el 2027 en instalaciones, productos y tecnología de hidrógeno y baterías.

La clave está en el H2-ICE o 'hidrógeno caliente'

Acompañando al equipo directivo del Grupo PUNCH y como piedra angular de su proyecto para Barcelona, una pick up. Sus líneas nos resultan familiares (se ha desarrollado sobre la base del Nissan Navara); la innovación está bajo el capó. 

El concept car se mueve gracias a una solución desarrollada por el Grupo PUNCH y denominada H2-ICE   (Hydrogen Internal Combustion Engine) o hidrógeno caliente. Bajo el capó, el motor H2-ICE está basado en unas adaptaciones sobre una mecánica diésel convencional, variando el sistema de inyección de combustible, el sistema de encendido, la adaptación de un módulo de control de motor y software específico y la inyección directa de hidrógeno en la cámara de combustión.

PUNCH pick up

La pick up de hidrógeno se fabricaría en las plantas catalanas de Nissan en combinación con otros vehículos comerciales ligeros con tecnología de baterías. “Con este acto, PUNCH demuestra su firme apuesta por Barcelona y su capacidad para garantizar un presente y futuro próximo de éxito construido sobre una fuerte inversión en tecnología de cero emisiones y aprovechando la experiencia y cualificación de la fuerza de trabajo y la base de proveedores existente en la actualidad en las plantas catalanas”, afirman los responsables del grupo belga.

¿Quién es PUNCH y de dónde ha salido?

El Grupo PUNCH ha dado la campanada porque, sin apenas hacer ruido, ha presentado el que podría ser el programa más viable para salvar las instalaciones de Nissan en Barcelona.

El futuro de las tres fábricas que la compañía nipona tiene en Cataluña se está decidiendo en una mesa de negociaciones en la que se sientan representantes de Nissan, de los trabajadores y de la Generalitat. Ellos son los encargados de valorar la viabilidad, rentabilidad y posibilidades de negocio de las diferentes opciones para reindustrializar las instalaciones de Nissan en Barcelona, siempre con preservar los actuales puestos de trabajo como una prioridad.

Hasta hace unos días, parecía casi decidido que el futuro de estas plantas era convertirse en fábrica de baterías. Schneider Electric, a través de a través de su filial InnoEnergy, con un plan con 3.500 millones de euros de inversión, que incluiría a la plantilla de la automotriz y la creación de 3.000 empleos directos; y LG Chem, compañía surcoreana filial del gigante tecnológico LG, con un proyecto que mantendría hasta el 80% de los empleos, eran de las mejor posicionadas.

Nissan barcelona

Firme candidata era también la filial creada por QEV Technologies, BTECH y Ronn Motor Group. Las tres empresas se han unido para presentar  "un plan pionero centrado en el lanzamiento de un Hub de Descabornización que transformaría la fabricación de vehículos eléctricos y de hidrógeno del país, situando a España como país referente a nivel internacional en movilidad eléctrica". Su plan contempla una inversión de 1.000 millones de euros en cinco años y conllevaría la creación de 4.000 empleos directos y 10.000 indirectos.

Todo ha cambiado con la entrada en escena del Grupo PUNCH. Pero, ¿quiénes son y de dónde han salido? 

PUNCH es un grupo independiente con 40 años de experiencia en la industria automovilística y tecnológica, propiedad de la familia Dumarey de Bélgica. Cuenta en la actualidad con 1.750 trabajadores en sus siete instalaciones en Europa y Asia y con una facturación anual de más de 500 millones de euros.

PUNCH pick up

El porfolio de PUNCH abarca desde transmisiones automáticas y reductoras para eAxles, motores y sistemas de control, sistemas de almacenamiento y recuperación de energía cinética hasta piezas de chasis de aluminio forjado. Y aunque, quizá, a ti no te resulte nada familiar sí es un viejo conocido de grandes fabricantes: STELLANTIS, BMW, TATA, Mahindra, o General Motors son algunos de sus clientes.

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