El gobierno alemán lucha por el futuro del diesel
La guerra al diesel que se está declarando abiertamente en los últimos meses tiene como objetivo proteger el medio ambiente pero, a día de hoy, los modelos de gasóleo todavía forman parte importante de las gamas de las marcas, así como de sus niveles de producción, y su prohibición de entrada a las ciudades podría suponer un grave problema económico. En esta tesitura, el gobierno alemán se ha reunido con representantes de BMW, Daimler y Volkswagen para buscar soluciones.
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Los fabricantes presentarán mejoras para los vehículos diesel que reduzcan su contaminación a cambio de apoyo político para evitar las restricciones de circulación. Las negociaciones se plantean complicadas para conciliar a ambas partes. El objetivo es reducir las emisiones de óxido de nitrógeno de los diesel, y las soluciones pasan desde realizar modificaciones en el software de los vehículos hasta acometer cambios mecánicos, mucho más caros y que podrían suponer una inversión de hasta 5 billones de euros que tendrían que desembolsar las propias marcas.
El aspecto económico es toda más enrevesado ya que los fabricantes alemanes generan 800.000 puestos de trabajo en Alemania, y prohibiciones que redundasen en rebajar la producción y, por ende, en despidos, no serían una buena tarjeta de presentación para Angela Merkel, que deberá afrontar unas nuevas elecciones en apenas dos meses. Además, la canciller también recibe presiones por parte de manifestantes que le acusan de mano blanda con las marcas.
Carsten Brzeski, economista de ING, apunta que “la importancia de la industria automovilística es extremadamente alta. Volkswagen es más importante para la economía alemana que Grecia. La industria debe encontrar una solución junto al gobierno para afrontar los interrogantes que se van a plantear sobre el importante cambio estructural que hay que acometer”.
Fuente: Carscoops.
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