Esfuerzos para salvar Bonneville
Nacho de Haro
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El Salar de Bonneville (Bonneville Salt Flats, como se denomina en inglés), el famoso desierto de sal que se extiende en el lecho de un lago seco y que ha sido escenario de muchos récords de velocidad sobre dos y cuatro ruedas, como este logrado por un Skoda Octavia, tiene serios problemas por el mal estado de su superficie. Varias organizaciones de ecologistas, gubernamentales y de aficionados al motor están realizando grandes esfuerzos para salvar Bonneville y hacer que los coches y motos vuelvan a ‘volar a ras de suelo’ allí, pero la solución es complicada, tanto que todavía no saben cómo podrán arreglarlo.
El mal estado del Salar de Bonneville ha provocado que las últimas dos ediciones de la Semana de la Velocidad de Bonneville (Bonneville Speed Week) no pudieran celebrarse, incluso Guy Martin ha tenido que cancelar su intento de alcanzar los 640 km/h con una Triumph. El problema es que el agua que cada año cubría la superficie salada durante las épocas más húmedas y que, con la llegada del calor se evaporaba, parece que ahora no termina de desaparecer, lo que imposibilita la circulación de vehículos y mucho menos a gran velocidad.
Y aunque son malas noticias para los amantes de la velocidad, el hecho de que se hayan puesto en pie de guerra para solucionarlo asociaciones de ecologistas, estatales y de aficionados al motor, es algo más que destacable. El aumento de las precipitaciones en la zona tampoco facilita las cosas, pero los corredores, la empresa de minería local, los políticos y los geólogos siguen trabajando para mantener seca la mayor cantidad de sal posible. Por cierto, ya que estamos hablando de récords de velocidad, no te puedes perder este vídeo del que logró un Volkswagen Touareg sobre 1.000 kilómetros de hielo, ¡seguro que te dejará helado!
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