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Descubren un nuevo enemigo de los coches autónomos: las tormentas solares

Tormenta solar amenaza de los coches autónomos
Parece que pueden volver locos a los sensores

Sumamos un nuevo tick a la lista de amenazas de los coches autónomos. Hasta ahora teníamos:

  • la nieve es un problema al que se tienen que enfrentar los coches autónomos en Rusia. No hace falta ser un experto en conducción autónoma para saber que los coches que conducen solos lo hacen gracias a un montón de sensores que, entre otras cosas, leen las líneas de la carretera para saber en qué momentos deben seguir recto y cuándo tienen que girar. El problema es que la nieve oculta esas señales y los vehículos autónomos se vuelven ciegos o analfabetos, como lo quieras decir.
  • los túneles de lavado. La agencia de noticias CNN publicó hace poco una información en la que explicaba que los expertos en conducción autónoma aseguran que los túneles de lavado son enemigos de los coches autónomos y, como prueba, contaba que Avis, empresa encargada del cuidado de los coches autónomos de Waymo, ha afrontado obras en varias de sus oficinas para cambiar los túneles de lavado por espacios en los que sus trabajadores puedan limpiar los vehículos que conducen solos a la vieja usanza: con cubo de agua, trapo y jabón.
  • algunos colores. Un estudio publicado PPG (empresa dedicada a la fabricación y venta de pinturas) concluye que el color de la carrocería afecta al correcto funcionamiento de los coches autónomos. Al parecer, los vehículos pintados en negro y gris absorben mucha más luz que los blancos y esto interfiere en la forma en la que las señales infrarrojas emitidas por los sensores de los coches autónomos son devueltas. Mala noticia, teniendo en cuenta que negro y gris están entre los colores de coches que más se venden en España
  • la sal. Resulta que un puñado de sal es suficiente para obligar a un coche autónomo a detenerse.

Las tormentas solares pueden volver locos a los coches autónomos

Bloomberg ha presentado un informe en el que asegura que las tormentas solares provocan un aumento masivo en la actividad geomagnética y la radiación. Esto para los coches que circulan sin conductor puede ser un peligro porque su funcionamiento depende, en gran medida, de la conexión entre un sistema de GPS y los satélites que con la tormenta podría cortarse. 

Pero que nadie se alarme. El mismo informe apunta que existen sistemas para evitar que las tormentas afecten en exceso a loas coches autónomos. Bloomberg hace alusión a un satélite colocado a un millón de millas de la Tierra y que advierte de la llegada de tormentas solares entre 30 y 60 minutos antes de que golpeen contra el planeta.

Otro motivo de tranquilidad es que las tormentas solares no son demasiado frecuentes: la última se registró en 2014.
 

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