Cinco proezas con el coche que ensalzan al ser humano

Hacer el amor y pifiarla, conducir marcha atrás porque no te funcionan las otras marchas o nadar como una rana encima del capó para luchar contra la naturaleza, son algunas de las proezas difícilmente superables con un coche. Pero hay más, pasen y lean...

1. Nadar a braza en el capó

[yb:https://youtu.be/ViHIk5kqynw]

¿Se puede demostrar más amor por un coche en situaciones límite? En una localidad de Brasil cayó el granizado del siglo y este hombre, en bañador y camiseta, se puso a dar brazadas como un loco en el capó para que le cayeran a él las bolas de hielo y no a su amor de cuatro ruedas. Optará a medalla si se presenta a las Olimpiadas de Brasil en la modalidad de brazada de rana sobre capó metálico.

2. Retrato para la posteridad con la mujer atrapada

Un precioso y reluciente Honda va por el famoso barrio de Bel-Air conducido por un señor mayor cuando, de repente, una maniobra poco fortuita con el bordillo de la acera hace volcar el monovolumen. 

Acto seguido, con su mujer todavía en el interior del coche, el apuesto galán se inmortaliza para la posteridad con los pantalones hasta las cejas y una cara de sosiego que tranquiliza. P. Tinto a su lado, un neófito.

3. Trío de ases al volante con final infeliz

[yb:https://youtu.be/dpdQ_zRZ-2A]

Lo normal. Vas en el coche con dos mujeres, se te calienta el motor y haces un aquí-te-pillo-aquí-te-mato en la carretera. Normalmente se recomienda estudiar la orografía del terreno y evitar las zonas con árboles. De lo contrario, uno de esos movimientos enérgicos pueden bajar el freno de mano y hacer rodar el coche hasta el tronco de árbol más próximo. Se recomienda prudencia y tirar bien del freno de mano antes de proceder al acto sexual.

4. Marcha atrás desde 2003

[yb:https://youtu.be/aox_4-JNed8]

Se le conoce como el Back Gear Champian (que no Champion) y es el as hindú al volante por excelencia. Hace doce años se le quedó bloqueada la caja de cambios y sólo quedó a salvo la marcha atrás. Así que hizo de tripas corazón, se echó el Voltarén a la guantera del coche y le dio gas para atrás. Desde entonces sortea vacas, elefantes y todo tipo de bichos vivientes en el arcén con una gracia inigualable. Ni Carlos Sáinz en sus mejores tiempos. 

5. Lavado impecable y baratito 

Esto es eficacia en estado puro. ¿Que no te apetece pasarle la mopa húmeda por el salpicadero? No pasa nada, chorro a presión por dentro y arreglado. 

Sorprende la naturalidad con la que la mujer tira de manguera con las puertas del Audi abiertas de par en par, mientras apunta con ella a todas partes en el interior sin caer en la cuenta que la está liando. A ver quién es el guapo que sienta su culo en el asiento. Todavía se está secando con las puertas abiertas de par en par.