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Cinco coches que nunca debería usar James Bond

Cinco coches que nunca debería usar James Bond

Lo opuesto a los habituales bólidos de 007.

James Bond es, sin lugar a dudas, el agente secreto más popular de la ficción. Un personaje que es conocido por su resolución, habilidad, recursos… y por sus bólidos. En todos estos años le hemos visto a bordo de vehículos de todo tipo, tantos como para establecer ciertos patrones y tener claro cuáles son los coches que nunca debería usar James Bond.

007 necesita estar a los mandos de un automóvil de rápida repuesta, que sea potente, ágil, rápido y tenga buen manejo; pero también es cierto que ha de reunir ciertas características más superficiales como ser elegante, tener estilo y, por supuesto, que no se trate de una baratija.

Hindustan Ambassador

Hindustan Ambassador

El primer modelo de la lista es un trampantojo y es que, si lo ves de refilón pasando la mirada rápido, puede parecer que se trata de uno de los modelos más icónicos que ha conducido Bond en su carrera, el mítico Aston Martin DB5, pero no es así.

El Ambassador tiene cierto aire al Aston Martin y no es casualidad, puesto que está basado en los Morris Oxford Series III que se vendía en Reino Unido cuando comenzó su vida comercial, allá por 1958. Sin embargo, no tiene nada que ver con el modelo británico y hasta se le podría considerar una suerte de copia barata.

 

Barata y lenta, porque su mecánica de dos litros apenas desarrollaba 52 CV, potencia con la que necesitaba nada menos que 28 segundos para alcanzar los 100 km/h. Como para huir de alguien o perseguir al malo de turno en una misión.

Reliant Robin

Reliant Robin

El Robin es una de las mayores rarezas de la historia de la automoción, una apuesta particular que se quiso salir de lo establecido… y salió francamente mal: con poca potencia, unas prestaciones que dejaban que desear, un estabilidad nula y un diseño de dudoso gusto, sin duda se trata de un vehículo indigno de James Bond.

El concepto del que nació, crear un coche modesto de bajo coste y bajo consumo para la gente con menor poder adquisitivo, era bueno, pero la idea de que tuviera solo tres ruedas fue desastrosa, es una configuración realmente mala para el manejo, algo que queda patente en el hecho de que el coche vuelca a poco que tome una curva más o menos rápido.

Lo “bueno” es que llevarlo rápido es algo bastante difícil, puesto que su pequeño motor de 850cc no conseguía llevarlo a más de 136 CV y, para llegar a esa punta, necesitaba mucho tiempo y metros por delante. 

Hummer

Hummer

Quizá el actual, que es eléctrico, tenga un pase para 007, pero en realidad tampoco. El Hummer es un modelo monstruoso, con un tamaño gigantesco, casi más un tanque que un coche, algo que se traduce en una maniobrabilidad que deja que desear, así que está en las antípodas de lo que el agente secreto necesita para llevar a cabo sus misiones.

Las versiones de combustión montaban motores relativamente potentes, pero con el tonelaje que tenían tampoco eran modelos rápidos. Además, esto ya es cuestión de estética, es una “americanada” extravagante que se aleja mucho del estilo y la clase característicos de Bond.

Peel P50

Peel P50

Y hablando de estilo, ¿alguien se imagina a alguno de los actores que han dado vida al personaje saliendo prácticamente en cuclillas del Peel P50? Por supuesto que no.

El modelo británico, que básicamente podríamos calificar como el Tamagotchi de la automoción, tiene todas las características contrarias a lo que se esperaría del coche del agente secreto: es enano, barato y sus prestaciones son más propias de un triciclo que de un automóvil.

En cualquiera de sus versiones (actualmente lo han revivido) tiene una potencia inferior a 5 CV y su velocidad máxima nunca ha llegado ni a los 60 km/h, así que 007 estaría condenado si tuviera que escapar de una explosión en él. Es un coche ‘cuqui’, pero casi parece más un gadget que ‘M’ le instalaría a uno de los bólidos de Bond, más que un automóvil en sí.

Conquest Knight XV

coches más pesados

Aquí hablamos del extremo opuesto, una tanqueta que hace que el Hummer parezca pequeño, un modelo pensado como una fortaleza con ruedas que se aleja de la sutileza necesaria en los coches del agente secreto.

Es una bestia que mide 6 metros de largo, 2,43 metros de ancho y 2,5 metros de alto, por lo que no sorprende que su peso sea de nada menos que casi 6 toneladas. Además, de moverlo se encargan motores de como mucho 328 CV, cifra que no esta mal para otro tipo de vehículos, pero que dista de hacer que el Knight XV se mueva con la soltura necesaria.

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