El Aston Martin Bulldog de 1980 intentará alcanzar los 321 km/h

Ir más rápido siempre ha estado entre los objetivos del mundo del motor y todas las marcas han contribuido a ello a diversa escala. Sin embargo, los que destacaban eran aquellos que intentaban superar el límite, los que querían expandir las posibilidades. El Aston Martin Bulldog, allá por 1980, tenía como meta alcanzar los 321 km/h (200 mph)… algo que no consiguió en su día… pero que volverá a intentar este mismo año.

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La historia del modelo es curiosa. El prototipo, diseñado por William Towns, era un one-off que en las pruebas consiguió alcanzar las 191 mph (307 km/h) pero, cuando estaba en preparativos y mejoras para llegar a las 200, un cambio en la cúpula de la empresa dio al traste con el objetivo: cuando Victor Gauntlett accedió a la presidencia de Aston Martin, terminó con el proyecto.

Se trata, pues, de una espina que los fans de la marca tienen clavada y que, por suerte, posiblemente se quiten este mismo año, ya que la compañía, a través de Classic Motor Cars, está restaurando el modelo para hacer un nuevo intento.

Para que sea todavía más poético, es el hijo de Gauntlett, Richard, está supervisando el proceso: “El coche está en camino de ser restaurado y CMC lo tendrá funcionando a finales de año. Luego intentaremos el récord que nunca tuvo lugar. Una parte fundamental de esto fue encontrar el conductor adecuado para el trabajo y alguien que pudiera involucrarse en la supervisión de los elementos finales del proyecto, en términos de configuración y prueba".

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Y es que ponerse a más de 300 km/h con un coche de más de 40 años no es una tarea sencilla, pero que Darren Turner, piloto de la compañía que ha corrido los últimos 15 años en LeMans, se encargará de ella: “Había oído hablar de la leyenda del Bulldog desde dentro de Aston Martin y cuando empezaron a filtrarse noticias sobre la restauración del coche para alcanzar el objetivo de 200 mph, pensé que era algo genial de hacer. Estaba siguiendo la historia y pensaba que sería genial participar en ella. Cuando me pidieron que lo condujera, ¡no necesité que me lo pidieran dos veces!".