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La acertada estrategia de producto de Mercedes-AMG

La acertada estrategia de producto de Mercedes-AMG

Nacho de Haro

A comienzos del pasado año, la firma de la estrella decidió abandonar la denominación AMG Sport para los modelos de acceso a la gama de productos de AMG para pasar a llamarlos simplemente como Mercedes-AMG. Hoy estos coches, que recuperaron el mítico apellido 43 AMG, forman una completa gama con nada menos que 10 opciones diferentes si sumamos los modelos y las carrocerías disponibles.

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A comienzos de 2012 BMW creó la división BMW M Performance, que nos ha dejado coches tan brillantes como el BMW M240i Coupé, en respuesta a la gama S de Audi. En ambos casos, se tratan de vehículos menos extremos que los desarrollados por BMW M o por la división RS de la firma de los cuatro aros. Coches con los que estos fabricantes buscan acercar las sensaciones deportivas y las prestaciones de sus radicales hermanos mayores a un público más amplio. Lo que seguro que en BMW no sabían es que su plan sería imitado por uno de sus mayores rivales, Mercedes, que en 2015 apostó por una estrategia de producto para Mercedes-AMG que ahora está demostrando ser muy acertada.

Porque no hay otra forma de explicar el crecimiento exponencial de la gama de deportivos de Mercedes-AMG que con un rotundo éxito que ha desembocado en una oferta de productos tan amplia que, sencillamente, ninguno de sus principales rivales puede igualar. Aunque eso sí, no sin antes haber tenido que modificar sus planes, pues recordemos que a principios de 2016 la compañía decidió cambiar de rumbo y abandonar la denominación original que había pensado para esta gama: AMG Sport pasó a ser conocida simplemente como Mercedes-AMG.

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Al hacer esto, surgió un problema: ¿cómo diferenciarían los productos más extremos de AMG de las variantes más normalitas, por llamarlas de alguna forma? La respuesta la encontraron en la numeración, apostando por llamar Mercedes-AMG 63 a los más poderosos (a pesar de que ahora ninguno equipe un motor de la cilindrada a la que hace referencia el número) y Mercedes-AMG 43 a los más convencionales. Como sucede con sus hermanos mayores, ese 43 no hace referencia a la cilindrada: todos los vehículos de Mercedes con este apellido recurren a bloques 3.0 V6 sobrealimentados de gasolina con potencias de entre 360 y 400 CV, mecánicas que se fabrican a mano en las instalaciones de la AMG.

De esta forma, ahora podemos disfrutar de una amplísima gama con 10 opciones diferentes, que queda dispuesta de la siguiente manera: Mercedes-AMG C 43, Mercedes-AMG C43 Estate, Mercedes-AMG C43 Coupé, Mercedes-AMG GLC 43, Mercedes-AMG GLC 43 Coupé, Mercedes-AMG E 43, Mercedes-AMG E 43 Estate, Mercedes-AMG GLE 43, Mercedes GLE 43 Coupé y por último, el Mercedes-AMG SLC 43. Coches que se sitúan un peldaño por debajo, tanto en términos de prestaciones como de precio, de las versiones ‘full AMG’ con denominación 63 y mecánicas V8, ya sea el más moderno bloque 4.0 V8 o el conocido 5.5 V8. Y por encima de estas, las variantes 65, que recurren al enorme propulsor 6.0 V12 con dos turbos que produce cantidades ingentes de par motor, aunque este solo está disponible en los Clase G y Clase S.

Fuente: CarScoops

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