Así fue la mayor compra de Bugattis de la toda la historia

Si la mayor compra de Bugattis de la historia se llevara a cabo hoy, probablemente, habría informativos de televisión dando la noticia en directo. Al fin y al cabo, pocas veces cambian de mano 30 coches de entreguerras, pero nunca jamás han sido vendidos en un solo lote tantas unidades de una de las marcas de clásicos más valiosas. 

Sin embargo, esta compra récord de Bugattis tuvo lugar en 1963, cuando las familias pudientes de medio planeta todavía seguían deshaciéndose de sus viejos clásicos de entreguerras para comprarse un Cadillac o un Mercedes nuevos. Entonces, además, Bugatti era una marca muerta y enterrada que, por muy glorioso que fuera su pasado, todavía no había emergido como el objeto de deseo de los coleccionistas.

Salvo de uno, un tal Fritz Schlumpf, un rico industrial franco-suizo que por entonces ya tenía cerca de 80 unidades de la marca en su creciente colección de clásicos, que iba comprando en secreto y con un exquisito criterio. Para realizar esta compra masiva de Bugattis, Schlumpf consiguió la dirección personal de todos miembros del club de propietarios y les escribió ofreciéndose a pagar un buen precio por sus coches. 

Así, en 1962, Fritz Schlumpf se hizo con el correo de John Shakespeare de Hoffman, Illinois, y arrancó una dura negociación entre ambos. A su vez, el americano llevaba una década coleccionando Bugattis y tenía unas 30 unidades en diferentes estados de conservación, aunque la mayoría de sus coches no estaban siquiera en condición de circular. 
 

Sin embargo, Schlumpf estaba decidido a hacerse con todo el lote para dar el impulso definitivo a su propia colección. Después de varias cartas y llamadas, terminaron cerrando un precio total de 85.000 dólares -costes del viaje incluidos- para la mayor adquisición de Bugattis de la historia. 
 

Al cambio de hoy, esa cantidad equivaldría a unos 750.000 dólares por 30 Bugattis, pero como los coches se han apreciado mucho más que el dinero, está claro esta también debió ser la mejor 'inversión' que Schulmpf hizo en su vida. 
 

Te interesa Esta es la historia del Bugatti Baby 2

El 30 de marzo de 1964, cuando los coches iniciaron su viaje de vuelta a Francia. Entre ellos había un Bugatti Type 55; un Bugatti Type 41 Royale Park Ward; 12 Bugatti Type 57; 3 Bugatti Type 55 y el Bugatti Type 56 de 1931 que el propio Ettore se construyó para sí mismo, con baterías y un motor eléctrico. 
 

Solo cualquiera de dos primeros alcanzaría hoy un valor superior a los 10 millones de dólares en una subasta. Schlumpf acudió al puerto de Le Havre para recibir sus juguetes en persona, unas semanas después. Sin embargo, tras llegar a Mulhouse, no todos los coches pudieron ser restaurados y algunas unidades procedentes de su loca carrera hacia la compra de Bugattis todavía hoy conforman la reserva del museo de coches la Cite de l'Automobile.  
 

Además, Fritz Schlumpf tampoco pudo disfrutar de la mayor colección de Bugattis jamás amasada, puesto que en los años 70 se declaró en bancarrota y se vio obligado a abandonar Francia para refugiarse en Suiza. 

Francia requisó todas sus propiedades, una de ellas guardaba en secreto una colección de 520 coches entre la que había unos 140 Bugatti, pero esa es otra historia. También la de que, tras diversos litigios, hoy quedan exactamente 123 de estos coches en la exposición que puede verse en el mencionado museo la Cité de l'Automobile, en la ciudad Alsacia de Mulhouse.